LeBron James lleva dos décadas al frente de la NBA –y de sus equipos–. El cuatro veces ganador de la NBA no solo ha demostrado una longevidad envidiable, sino que lo ha hecho manteniéndose como élite absoluta de la Liga. Sin embargo, él mismo sabe que su camino en el baloncesto profesional está llegando a su fin, por lo que no duda en pasar el testigo de Los Angeles Lakers a Anthony Davis.
«Él es la cara de la franquicia. Miras todos estos números retirados que rodean estas instalaciones, todos los grandes que han venido aquí y AD es uno de ellos», comenta en rueda de prensa durante el Media Day.
Lo cierto es que a LeBron no le falta razón en su análisis. Más allá de entrar a valorar cómo de importante ha sido en estos años para los Lakers, es indudable que una vez no esté El Rey será la pieza sobre la que gire todo; algo que sin duda dejó claro la propia organización cuando le firmaron en agosto una extensión máxima de tres años y 186 millones de dólares que le hará estar en el equipo hasta 2028.
«Estaba muy, muy feliz y extremadamente orgulloso. Es genial verlo obtener esa extensión para ser parte de su franquicia durante años y más años. Hasta ahora ha sido un placer jugar junto a él y espero que podamos hacer grandes cosas», señala el ‘6’ angelino.
(Fotografía de Harry How/Getty Images)