LeBron James está cada vez más cerca de comenzar la primera temporada en la que compartirá pista con su hijo, confirmando un cambio en su relación que debe ser difícil de afrontar para ambos. El alero ha reconocido de hecho que todavía le cuesta abandonar algunas costumbres de padre como prestar continuamente atención a Bronny, instintos de los que tendrá que deshacerse poco a poco ahora que pasan a ser compañeros de trabajo.
«Esta semana hemos vuelto a la rutina, y ha sido la primera vez en la que los dos estábamos juntos como profesionales, entrenando, jugando el uno contra el otro y preparando la temporada. Y hubo un par de momentos en los que me distraía, algo que no me había pasado nunca» reconoció en su aparición en el podcast GoJo and Golic. «En varias ocasiones me quedé mirando a un lado para verlo a él, para ver cómo entrenaba y cómo le iba. Va a ser un año increíble para mí, y espero que también lo sea para él».
Esta transición, sin embargo, será grande para los dos, pues Bronny también tendrá que acostumbrarse a tratar de otra manera a su padre. En concreto, LeBron le ha pedido que no se dirija a él llamándole «papá», algo por lo que se le preguntó también durante la entrevista.
«Todavía no me ha dicho nada. No se ha dirigido a mí en concreto durante los entrenamientos, pero tengo las orejas alerta esperando a que ocurra. Sé que va a ocurrir en el algún momento, y lo que no sé es si me va a sorprender, a asombrar o cómo va a ser».
(Fotografía de portada: Ezra Shaw/Getty Images)