Seis años en Portland, cinco apariciones en playoffs y dos clasificaciones para las semifinales de la Conferencia Oeste. Así se mide hasta ahora la carrera de Damian Lillard, un número 6 del Draft que se ha sobrepuesto a tantos contratiempos como han aparecido para mantener a los Blazers en la élite. Nadie duda de su mérito, pero este no frena las voces que cada verano llegan a la siguiente conclusión: Portland perderá este año su puesto en la postemporada.
Se trata de una afirmación que no gusta nada al base nacido en Oakland. Con un talento y ética de trabajo muy por encima de lo que a veces se le valora, Lillard no vive en las nubes y sabe que el Oeste es realmente duro, pero no por ello va a bajar los brazos. En su diccionario está subrayado el verbo competir, y con ese mantra hace la siguiente declaración a Dan Woike de Los Angeles Times.
«Siempre ha poca distancia en el oeste del décimo al sexto lugar. Siempre son solo uno o dos partidos los que te separan. Fuimos terceros y estábamos a tres partidos del noveno. Eso no va a cambiar. Pero cuando hay tan poca diferencia todo se reduce a tu mentalidad, tu carácter y tu deseo. No es casualidad ni un error que cada vez que se pone dura la cosa acabemos arriba. Siempre estamos entre los que terminan ahí. Algunos equipos se desvanecen en situaciones así. Nosotros siempre las hemos superado. ¿Eso significa que tenemos garantizado llegar a playoffs? No. Pero creo que han pasado bastantes años demostrando que nos levantamos y lo conseguimos cuando la gente mira y dice: ‘Portland será el equipo que pierda su puesto'», sentencia.
No le falta razón a Lillard. Sin duda no son un equipo con plaza asegurada en la postemporada –puede que solo lo sean Golden State y Houston en el Oeste–, pero la realidad de los últimos años indica que dudar de que puedan lograrlo tampoco es lo apropiado. No son el conjunto con más talento ni uno de los que acaparan los focos; sin embargo, cuando se trata de pelear y mostrar convicción en lo que se hace, no escatiman una sola gota de sudor. Habrá otros favoritos, pero en Oregon seguirán plantando cara cada noche sin descanso.