Damian Lillard está empeñado a mantener con vida a los Blazers. La estrella de Portland firmó uno de los mejores partidos de su carrera para dar a los suyos su 23ª victoria del curso, victoria que llegó a costa de unos Jazz a los que derrotaron por 134-124. Y este uso del plural es principalmente mayestático, pues si alguien se encargó de que el triunfo se quedase en el Moda Center fue, de forma casi exclusiva, el base.
Con 60 puntos, Lillard igualó la tercera máxima anotación de su carrera, solo superada por los 61 que sumó ante Golden State y Dallas en enero y agosto de 2020 respectivamente. Dame alcanzó por tanto los 60 por cuarta vez en su carrera, consagrándose como uno de los anotadores más explosivos que ha visto este deporte al igualar a James Harden como el jugador en activo que más veces ha alcanzado dicha cifra, y empatando también con Michael Jordan en el tercera posición histórica. Por delante solo a tiene a Kobe Bryant con 6 y a Wilt Chamberlain, aupado cómodamente en la primera posición con 32 encuentros con 60 tantos o más.
El de Portland presumió además de una efectividad absoluta en todas las facetas del juego, castigando a Utah tanto por su velocidad para atacar la pintura como con su amplísimo rango de tiro. Con un 21/29 en tiros de campo (9/15 en triples), hizo estériles los intentos por ralentizarle de la defensa visitante, en la que ningún hombre pareció capaz de poder ponerle en problemas y evitar que tomara el control del duelo.
Lillard fue una máquina de anotar durante toda la noche, pero fue sin duda su tercer cuarto lo que cambió el rumbo del choque. El base, que ya llevaba 26 puntos al descanso, sumó 24 en el tercer periodo para convertir un partido que estaba bastante parejo en uno relativamente plácido para el cuadro de Oregón, que se vio 16 arriba en el marcador y no volvió a sufrir demasiado a pesar de los esfuerzos visitantes. No paró de encontrar vías hacia el aro que le permitieron sumar una vez tras otra, y con un lejanísimo triple puso el 102-86 que llevó la locura a un Moda Center que no pudo sido concederle gritos de «MVP».
«Cada vez que te vas hasta los 60 es bastante especial, pero esta vez tengo la sensación de que han llegado con mucha facilidad» comentó tras su exhibición. «Creo que he jugado como tenía que jugar. Sabía que necesitábamos la victoria, así que he salido mentalizado para atacar y ser agresivo, pero no fue como si de repente me encendiese y explotase. No fue una de esas noches».
Por si fuera poco, Damian terminó el choque con 8 asistencias, lo que le hizo producir un total de 77 puntos de los suyos, y logró además capturar 7 rebotes y robar 3 balones. El base redondeó así una actuación del más alto nivel en la que, si bien contó con el apoyo de los 19 y 16 tantos que anotaron Jerami Grant y Anfernee Simons respectivamente, fue el responsable único de llevar a los Blazers al triunfo.
Los Jazz, por su parte, ofrecieron una ofensiva más equilibrada, con hasta siete hombres alcanzando los dobles dígitos, aunque ninguno lo suficientemente inspirado como para tratar de levantar al equipo de los mazazos de Lillard. Lauri Markkanen, con 24 puntos, fue el mejor en esta faceta pese a no terminar de estar del todo brillante, y estuvo seguido por los 19 de Collin Sexton y los 18 de Jordan Clarkson. Nada sirvió, sin embargo, para evitar la 26ª derrota del curso, que les mantiene pese a todo con vida en medio de la apretadísima pelea por los puestos de play-in.
(Fotografía de portada: Steph Chambers/Getty Images)