Salvo giro inesperado de los acontecimientos, lo más probable es que Lonzo Ball no esté presente en el primer All-Star de su carrera.
Lesionado con un esguince de rodilla, el número 2 del Draft de 2017 no ha jugado en los últimos 13 partidos, algo que según han corroborado los propios Lakers, se extenderá a los partidos que le restan al equipo hasta que pase el parón por la celebración del fin de semana de las estrellas.
Con ese periodo de baja asumido, Luke Walton ha sido cuestionado sobre si esto lo descartaba para disputar el Rising Stars Challenge del viernes. El entrenador ha explicado que por el momento no hay ninguna decisión tomada, si bien sería extraño que no jugase ningún partido oficial y sí el que enfrenta a jugadores estadounidenses contra los del resto del mundo.
La calma manda
Aunque suponga una gran pérdida para el encuentro de rookies y jugadores de segundo año, es lógico que los californianos opten por ser precavidos. Con la temporada prácticamente cerrada para ellos, ha llegado el momento de echar el ojo al futuro, y en él necesitan a un Ball en plenitud de condiciones físicas. No hay razón para precipitar su regreso y arriesgarse a que sufra más lesiones.