La rodilla de Lonzo Ball lleva más de dos años siendo un completo misterio. Un historial interminable de desdichas, recaídas, dolor crónico y operaciones. La última de las cuales se hizo a todo o nada y mediante un método experimental.
Hoy Lonzo, algo más de un año después de pasar por quirófano, explica los detalles de dicha cirugía. “Empezó en los Lakers, donde me lesioné el menisco por primera vez. Me lesioné tantas veces que al final no me quedaba menisco y en mi articulación solo quedo hueso con hueso. Tampoco cartílago y el hueso terminó afectado”, relata el base.
“Tuve que recibir menisco de un donante, me tuvieron que reconstruir el hueso y también me donaron cartílago”, cuenta en el podcast The WAE Show. Lonzo acumula 15 meses fuera de las canchas y no ha sido hasta este 2024 que ha podido volver a esprintar y hacer ejercicios de cierta intensidad en cancha.
El pasado marzo se llegó a situar su regreso para el primer tramo de la temporada que viene. Ball ha ejercido su opción de jugador para el curso 24-25 por 21 millones de dólares. Y todo parece indicar que los Chicago Bulls van a esperar su vuelta sin rescindir su contrato.
(Fotografía de portada de Michael Reaves/Getty Images)