Lonzo Ball habla tras dos meses: concentrado en mejorar sin pensar en un posible traspaso

El base de los Lakers, fuera de la rotación por lesión para lo que queda de temporada, atendió a Shams Charania, para The Athletic, y dio un rápido repaso a si situación y su futuro.

Las lesiones han sido la piedra que se ha cruzado en el camino de Lonzo Ball en sus dos primeros cursos como profesional. El número 2 del Draft de 2017 celebró 52 partidos de la 2017-18 y en este la cifra se va a quedar en 47 duelos. El producto de UCLA atraviesa por una fuerte lesión en su tobillo que le dejará sentado el resto de curso. Una campaña complicada tanto para él, envuelto en rumores de traspaso en aquella situación que se dio con Anthony Davis, cuando los Lakers pudieron ofrecer a casi toda la plantilla a cambio del pívot, y para su equipo, prácticamente fuera de los playoffs en el primer año de LeBron James en Los Angeles.

El de 2019 será el primer verano en el que Ball pueda estar sano completamente, ya que se espera que sus problemas de tobillo no le den guerra en el periodo estival. En 2018, la rodilla del base le incomodó durante su trabajo en verano y no pudo estar al cien por cien. Ahora, con un escenario diferente, Ball asegura sentirse “muy, muy motivado” con lo que viene en los próximos meses. Lonzo habló el martes desde Chicago, donde acompaña a los Lakers en su inicio de la gira por el Este. “Quiero ser el mejor que pueda ser. Estoy deseando que llegue el verano. No lo tomo como presión añadida, porque no he tenido un verano completo para dedicarme a mí mismo. Tengo que seguir trabajando en mi oficio, feliz de poder estar sano”.

Ball apuntó que pondrá la mira este verano en mejorar todo lo relativo a su labor en la pista. “Mi tiro, mis finalizaciones. En lo referente a mi cuerpo, trabajaré en mis piernas para estar seguro de que se encuentran fuertes y preparadas. No pude hacer ningún trabajo de piernas el verano pasado. Va a ser un verano completamente diferente”.

Una 2018-19 difícil

Lo decíamos, tanto para él, que no juega desde el 19 de enero, como para unos Lakers en caída libre, balance de 31-36 y la post temporada a 7,0 partidos de distancia. “Ha sido frustrante, la forma en que se ha desarrollado este segundo año. Pero tengo que permanecer positivo y motivado”. El esguince de grado 3 en su tobillo, en el duelo ante los Rockets del citado 19 de enero, fue su final de curso. Aunque al principio no pareciera así, el paso de las semanas confirmó que el lance era más grave de lo esperado. Finalmente, a inicios de marzo los médicos decidieron que parara todo el curso para recuperase al completo, ya que un moretón en los huesos había complicado la rehabilitación.

Un buen aprendizaje

A pesar de todo, los tres meses en los que ha competido Ball han sido muy positivos para el director de juego, que ha seguido creciendo en un entorno tan exigente como es el de la NBA y el de los Lakers, particularmente.  “Definitivamente encontré mi camino y encontré lo que debía hacer para este equipo. Aprendí a salir a jugar libremente”.

Los rumores de traspaso

Lonzo Ball fue uno de los jugadores cuyo nombre estuvo en el disparadero de salida en aquellos días donde los Lakers ofrecieron casi todo a NOLA por Davis. Los rumores de traspaso estuvieron ahí y quizá vuelvan con la apertura de la agencia libre y los nuevos intentos de los Lakers por hacerse no solo con La Ceja, sino con algunas otras estrellas.

Ball se toma es horizonte con calma. “Solo puedes controlar lo que puedes controlar. Si soy traspasado, soy traspasado. El objetivo es ser el mejor jugador que pueda para cualquier equipo”.

(Fotografía de portada: Sean M. Haffey/Getty Images)


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