Ni siquiera las exhibiciones de Curry bastan ya para levantar a estos Warriors. El conjunto de San Francisco sumó su novena derrota de la temporada al caer en Phoenix por 130-119, desaprovechando la mejor actuación del base en lo que va de curso y acumulando otro tropiezo que les mantiene fuera incluso de la zona de play-in. Y es que Steph no pudo en solitario ante unos Suns que están volviendo a brillar como colectivo, y que esta madrugada apenas se vieron estorbados por los esfuerzos del vigente MVP de las Finales.
Curry, con 50 puntos y un 60,7% de acierto en el tiro (17/28, 7/11 en triples), dio continuidad a su extraordinario estado de forma superando los 40 tantos por tercera vez en los últimos cinco encuentros, pero esta vez ni siquiera así pudo compensar el mal momento de los suyos. Golden State está ahora mismo lejos de funcionar como lo hizo en los últimos playoffs, ni en defensa ni en ataque, y fue presa fácil de un equipo que sí está logrando recordar a su versión de la pasada temporada regular.
Los de Kerr solo estuvieron en partido mientras Steph pudo aferrarlos a él, pero ni al base pueden durarle para siempre los milagros. Con 31 tantos al descanso, logró mantener apretado un duelo que no lo estaría de otra manera, pero una vez que la defensa de Phoenix se cerró más sobre el aro, empezó a complicarle más cada canasta y a impedirle mantener el infernal ritmo anotador de los primeros dos cuartos. Pese a que en la segunda parte siguió rindiendo a un nivel fantástico y pudo incluso involucrar a sus compañeros con 5 de sus 6 asistencias, lo cierto es que los campeones solo parecieron serlo cuando la masiva anotación del base les llevó en volandas.
Y es que una vez que Phoenix tomó el control del marcador en el primer cuarto, ya no lo abandonó, y de hecho fue poco a poco aumentando su ventaja tras el descanso para ganarse un final plácido. Los de Monty Williams llegaron a vencer por hasta 18 puntos en el tramo final, y nunca vieron a su rival lo suficientemente cerca en la segunda parte como para temer una posible remontada. Los numerosos recursos del equipo desarbolaron a la defensa visitante, que sigue haciendo aguas, e hicieron estériles los esfuerzos de Curry por intentar regalar un final apretado.
Ni siquiera la baja de Chris Paul pudo frenar esta vez a los Suns, que convirtieron el problema en una virtud. Cameron Payne se encargó de hacer olvidar al veterano base liderando al equipo con 29 puntos, la mejor anotación de su carrera, y 7 asistencias, conformando un dúo letal en el backcourt con Devin Booker y sus 27 tantos. Mikal Bridges les siguió de cerca con 23, a los que añadió 9 asistencias y 9 rebotes para quedarse a las puertas del que habría sido el primer triple-doble de la temporada para él.
Con tres hombres por encima de los 20 puntos y todo el quinteto titular en dobles dígitos, Phoenix encontró siempre la manera de responder a los golpes visitantes, manteniendo una distancia holgada hasta que la bocina les concedió de manera oficial su novena victoria. Los de Arizona se colocan así en la segunda posición del Oeste, demostrando que, pese a los problemas extradeportivos, el equipo sigue funcionando.
(Fotografía de portada: Christian Petersen/Getty Images)