Su acto de rebeldía no ha tardado en tener consecuencias económicas para Ben Simmons, y no precisamente pequeñas. El base esperaba recibir un pago de 8,25 millones de dólares por parte de los 76ers durante el día 1 de octubre, pero la franquicia ha optado por no hacerlo dada la situación actual, tal y como asegura Shams Charania, periodista de The Athletic.
Este pago correspondía a una cuarta parte del salario del australiano, que había solicitado recibirlo en dicha fecha al firmar su extensión por 177 millones y 5 temporadas. En concreto, según aseguran Tim Bontemps y Bobby Marks, de ESPN, el base tiene acordado recibir un 25% de su salario el 1 de julio y otro 25% el 1 de octubre, mientras que el 50% restante se reparte en 12 pagas a lo largo del año. No obstante, dado que no se ha presentado para trabajar con el equipo, Philadelphia ha optado por dejar dicho dinero en una cuenta depósito y cobrarse de ella cualquier multa impuesta a Simmons por su incomparecencia.
En concreto, el jugador perderá 227.613 dólares por cada partido que no dispute. Esto incluye también los encuentros amistosos, el primero de los cuales tendrá lugar el lunes 4 de octubre ante los Toronto Raptors, un plazo lo suficientemente corto como para no esperar un giro drástico de la situación.
Ben, por su parte, continúa en su postura, esperando a ser traspasado y negándose a entrenar con los de Pensilvania. Es más, el periodista Marc Stein afirma que desde el entorno del jugador consideran que finalmente acabará cobrando íntegros dichos 8,25 millones una vez que sea traspasado. No obstante, pese a que su salida se daba por hecha hace unas semanas, las complicaciones surgidas parecen haber hecho dar marcha atrás a los 76ers, y ahora existen verdaderas dudas sobre qué ocurrirá y quién podrá tensar más la cuerda.
(Fotografía de portada: Tim Nwachukwu/Getty Images)