Los Blazers tiraron de épica para hacer valer su fortaleza en el Moda Center. El cuadro de Billups, que solo ha perdido un partido como local, logró superar a los Bulls por 112-107, para lo cual tuvo que dar la vuelta a una diferencia de 20 puntos. Los de Portland fueron claramente de menos a más a lo largo del choque, lo que les permitió vencer a uno de los equipos del momento y equilibrar su balance de victorias y derrotas (8-8).
El encuentro comenzó dominado por Zach LaVine y DeMar DeRozan, que con 18 y 15 puntos en la primera mitad respectivamente hicieron que los de Illinois fueran ampliando la diferencia, que llegó a su máximo con el 43-63 en los últimos instantes del segundo cuarto. Chicago, netamente superior hasta el momento, estaba encontrando la forma de frenar a los locales y de anotar con relativa facilidad, dando continuidad a las muchas virtudes que el equipo ha mostrado en este arranque de curso, pero en la segunda mitad las tornas se invirtieron por completo.
Damian Lillard, que había firmado una pobre primera parte, comenzó a recuperar sensaciones tras el descanso, y de su mano los Blazers empezaron a crecer y a ir recortando la diferencia. El base anotó 16 de sus 22 tantos en la segunda mitad, y con sus canastas y asistencias (repartió 10) fue levantando a los suyos de la lona y a hacer que el Moda Center creyera cada vez más en la victoria. Al final del tercer parcial, Portland estaba ya cerca (81-85), haciendo inevitable la remontada para unos Bulls que vieron como sus estrellas iban a menos mientras sus problemas iban a más.
El propio Lillard, con dos triples fundamentales en el cuarto periodo, propinó dos duras estocadas a los visitantes y terminó como máximo anotador de los suyos, seguido por Norman Powell, también autor de algunos tiros importantes en la remontada, y de Jusuf Nurkic, ambos con 18 tantos a los que el bosnio añadió 13 rebotes. No estuvo tan fino, por contra, C.J. McCollum, que se quedó en 9 puntos, pero que supo aparecer en el último cuarto con varias acciones importantes, incluyendo la canasta que culminó la remontada y puso por delante a Portland por primera vez en toda la segunda parte.
LaVine, con sus 30 tantos, fue quien más anotó en el choque, aunque se fue apagando tras su gran inicio y no pudo evitar que Chicago dejara escapar la ventaja. El escolta trató de volver a activarse ya en el último cuarto, y de hecho sumó varias canastas que mantuvieron a los de Donovan con vida hasta el final, pero cuando tuvo en sus manos el triple que habría puesto el empate a falta de 10 segundos no fue capaz de convertirlo. Zach recibió completamente solo y con todo el tiempo del mundo, pero el cansancio le hizo mella y su tiro se quedó bastante corto.
DeRozan, que también fue de más a menos con el paso de los minutos, se quedó en 22 puntos, mientras que Lonzo Ball llegó hasta los 17. Alex Caruso, por su parte, se quedó a las puertas del triple-doble, pues firmó 12 tantos, 10 rebotes (4 de ellos en ataque) y 9 asistencias, a lo que añadió además 2 robos y 2 tapones en su tercer encuentro consecutivo como titular.
(Fotografía de portada: Tim Nwachukwu/Getty Images)