El primer equipo en clasificarse para las Finales de Conferencia no es otro que los Milwaukee Bucks. El cuadro de Wisconsin lo logró además de forma contundente, imponiéndose por 116-91 a los Celtics en el quinto y último partido de la serie. Quién habría dicho hace una semana y media, cuando Boston se impuso en el Fiserv Forum en el Game 1, que el devenir de la eliminatoria dejaría tan malparados a los de Stevens.
Lo cierto es que los cuatro últimos encuentros no dejan de ser un reflejo de lo que han sido ambos equipos durante toda la temporada: Boston, pura inconsistencia; Milwaukee, una apisonadora. Dadas las expectativas que arrastraban los primeros y las dudas que había sobre los segundos, cabía esperar cierta igualdad en la serie, pero ni los Celtics han dado el paso adelante esperado ni los Bucks han pecado de novatos. No tras el primer partido.
Esperando el final
Pese a que la historia decía que no era imposible (en 11 ocasiones se ha remontado un 3-1), tras las dos victorias de Giannis y compañía en el Garden la eliminatoria parecía vista para sentencia. La vuelta a Milwaukee se antojaba un simple trámite, y de hecho la sensación que dejaron los visitantes fue la de saberse sentenciados desde antes de empezar. Como si García Márquez hubiese empezado la crónica del choque escribiendo «el día que los iban a matar, los Celtics…».
Con contadas excepciones, como fueron Marcus Smart, Marcus Morris o Jaylen Brown, los visitantes no estuvieron a la altura. Ni a nivel de juego, ni de intensidad, ni de nada. A medida que fueron pasando los minutos se fueron convirtiendo en un juguete en manos de los Bucks, que se divirtieron a su costa mientras la grada festejaba su primera clasificación para las Finales del Este desde 2001. La acción de finales del tercer cuarto en la que los locales capturaron hasta cinco rebotes ofensivos consecutivos fue el colmo de la apatía verde. Un final indigno.
La tabla de anotación destaca a Kyrie Irving como el máximo anotador con 15 puntos, pero lo cierto es que nadie termina este serie más cuestionado que el base. Malos porcentajes, malas decisiones, alguna salida de tono, y, sobre todo, un fracaso a la hora de liderar a un grupo que parecía tenerlo todo. Jayson Tatum, segundo en puntos con 14, queda también tocado, pues en los que deberían haber sido los playoffs de su consagración se despide antes que el año pasado y con peores números de los que firmó como rookie. Del cara a cara con LeBron a esto.
Intratables
Todo lo contrario ocurrió en Milwaukee, que podrá vivir unos días de celebración comedida mientras espera a que Raptors y 76ers decidan quién será su rival. Los de Budenholzer ni siquiera necesitaron una versión aplastante para borrar del mapa a Boston, que, en su intento de cerrar espacios a Giannis Antetokounmpo en la pintura, descuidó en exceso el perímetro, algo que estos Bucks han aprendido a castigar. Aun sin grandes porcentajes, los locales anotaron hasta 15 triples, y cada vez que encadenaban varios aciertos consecutivos la ventaja se ampliaba un poco más.
Con todo, el griego fue el máximo anotador del encuentro con 20 puntos, y redondeó un partido de lo más completo capturando 8 rebotes, repartiendo 8 asistencias, colocando 2 tapones y robando 2 balones. Le siguieron Khris Middleton y Eric Bledsoe con 19 y 18 tantos respectivamente, aunque la mejor noticia para los locales fue el regreso de Malcolm Brogdon, que jugó su primer partido desde su lesión el pasado 15 de marzo. El base disputó 16 minutos arrancando desde el banquillo, y logró anotar 10 puntos con un 4/8 en tiros y repartir 4 asistencias.
Los Bucks, sobre quienes había dudas al inicio de esta postemporada, salen muy reforzados de esta serie. Han logrado imponerse con comodidad a un equipo más experimentado y de una calidad incuestionable, se han rehecho del mazazo del Game 1 con una solvencia impensable, cuentan con un posible MVP en estado de gracia, y varios jugadores de rotación como George Hill o Pat Connauhton han dado un notable paso adelante. Su candidatura al trono del Este ya está presentada. Veremos si alguien es capaz de subir la apuesta.
(Fotografía de portada: Jonathan Daniel/Getty Images)