La comodidad con la los Bucks encarrilan sus partidos empieza a ser llamativa. En la segunda noche de un back to back, los de Wisconsin recibían a unos siempre incómodos Pacers que llegaban de ganar sus últimos cinco partidos, pero que sobre el parqué del Fiserv Forum solo fueron capaces de oponer resistencia durante dos cuartos. Una segunda parte arrolladora, un 117-89 para sellar con comodidad el 27º triunfo de la temporada y a casa tras otro día en la oficina.
El de ayer, no obstante, no era un día de trabajo cualquiera, pues suponía el encuentro con Malcolm Brogdon, uno de los nombres importantes de la época reciente de la franquicia. El base, elegido por Milwaukee en el puesto 36 del draft de 2016 y galardonado meses después con el premio al Rookie del Año, abandonó el equipo el pasado verano debido a la imposibilidad de los Bucks de ofrecerle un contrato acorde a su rendimiento, lo cual no parece haber despertado ningún tipo de rencor hacia él. La grada local le brindó una calurosa bienvenida, reconociendo su papel fundamental en los buenos resultados del año pasado, aunque una vez que se lanzó el balón al aire comenzaron las hostilidades.
Triunfo de la rotación
El propio Brogdon tuvo ante sí la complicada labor de defender a Giannis Antetokounmpo, pues McMillan apostó por usar la diferencia de altura a su favor y poner en apuros al griego cada vez que tratase de poner el balón en el suelo. Esto funcionó bastante bien durante la primera mitad, en la que el heleno perdió hasta cuatro veces el esférico, lo que permitió a Indiana atascar el ataque local e ir llevando el duelo a su terreno. No obstante, los de Budenholzer cuentan con una plantilla lo suficientemente profunda como para sobreponerse con éxito a este tipo de estrategias, y anoche sacaron a relucir esta virtud.
De hecho, el máximo anotador de los Bucks fue Wesley Matthews con 19 puntos, mientras que Brook Lopez y George Hill contribuyeron con 17 cada uno. Entre los tres se combinaron para un 10/20 en triples, lo que llevó en volandas a los locales pese a que Giannis y Khris Middleton, sus dos estrellas, se quedaron en 18 y 12 tantos, cifras discretas para lo que (especialmente Antetokounmpo) acostumbran.
Esto, sin embargo, no quiere decir que el heleno firmase un mal partido. Es más, los 19 rebotes y 9 asistencia que añadió a su contribución anotadora demuestran que se quedó muy cerca de un nuevo triple-doble, y el parcial de +29 que supusieron sus 31 minutos en pista habla de su importancia capital para el equipo. No obstante, a diferencia de otras ocasiones en las que son sus canastas las que tiran del equipo (véase la derrota ante Dallas), esta vez supo leer la hostil defensa que tenía delante, supo encontrar a sus compañeros liberados, y estos respondieron castigando los espacios que el MVP generaba con su mera presencia.
Vuelta al doble-doble
Con 19 puntos y 18 rebotes, Domantas Sabonis fue el mejor de los visitantes, y logró firmar un nuevo doble-doble, el 24º del curso, tras interrumpir su racha en el duelo ante Sacramento del pasado viernes. El lituano encontró a su mejor socio en Doug McDermott, que aportó 15 tantos gracias a su 3/6 en triples, pero el resto de componentes principales del equipo se quedaron lejos de su mejor nivel.
Myles Tuner y Aaron Holiday no pudieron pasar de los 11 puntos, mientras que Brogdon, si bien terminó con un doble-doble de 10 tantos y sendas asistencias, lo hizo anotando solo 5 de sus 19 lanzamientos a canasta. Pese a que en la primera mitad los de Indianápolis dejaron buenas sensaciones, estas desaparecieron casi por completo en la segunda, en la que fueron borrados del mapa con un parcial de 58-34, algo que deberán tratar de olvidar para afrontar la visita de Toronto de esta noche, que supone un duelo crucial por la zona noble del Este.
(Fotografía de portada: Dylan Buell/Getty Images)