Sin presión alguna de resultados, sin ni siquiera motivación de cara a la lotería del draft, los Nets se han convertido en un equipo orgulloso y peligroso en este final de campaña. El equipo neoyorkino, pese a tener ya garantizado acabar con el peor balance de la NBA, se ha convertido en un actor secundario interesante en la pelea por los playoffs. Los Bulls, aún sin un puesto asegurado, puso en riesgo sus opciones de supervivencia cayendo por 107-106 tras un final dantesco.
Experiencia contra descaro
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— Chicago Bulls (@chicagobulls) April 8, 2017
Para Chicago, el partido venía con buenas vibraciones. Tras haber ganado cinco de los seis partidos anteriores, asentándose entre los ocho mejores equipos del Este, los Bulls recuperaban también a Dwyane Wade tras casi un mes de baja por una lesión en su codo derecho. Todavía con minutos limitados (no pasó de 25), el escolta aportó 14 puntos y 7 rebotes, pero su presencia no sirvió para lograr un triunfo que hubiera dejado sus playoffs casi asegurados.
Los Nets contestaban con sus jóvenes. Jugadores de poco renombre como el novato Caris LeVert (19 puntos) o Rondae Hollis-Jefferson (16 puntos y 12 rebotes) daban la cara para unos Nets mejorados tras la recuperación de Jeremy Lin (12 puntos y 7 asistencias). El héroe final, pero, fue irónicamente un ex-jugador de los Bulls. Spencer Dinwiddie, quien jugó en pretemporada en Chicago antes de ser cortado, sería decisivo en los minutos calientes.
La venganza de Dinwiddie
.@SDinwiddie_25 was on a mission in the fourth quarter. #BrooklynGrit pic.twitter.com/BO2FMFsv2U
— Brooklyn Nets (@BrooklynNets) April 9, 2017
El equipo de Fred Hoiberg no esperaba llegar ahí. Pese a reencontrarse con la peor versión de Nikola Mirotic (4 puntos, con un 1/9 en tiros de campo, y espantoso en defensa), Jimmy Butler pareció abrir tierra de por medio para sus Bulls con 33 puntos. A falta de 4 minutos y medio, Chicago se encontraba 9 arriba, ya contando con una victoria necesaria.
Pero todo se vino abajo. LeVert, Hollis-Jefferson y Dinwiddie enlazaban ataques exitosos frente a una defensa de Chicago excesivamente lenta y confiada, e incapaz de contestar de forma consistente en el lado contrario. Un triple de Spencer Dinwiddie a 1:23 del final empataba el partido, y su sangre fría desde la línea de tiros libres acababa decidiendo el duelo. Pese a que los Bulls todavía dependen de sí mismos para acceder a playoffs, su derrota en Brooklyn puede atormentar sus sueños este verano si no consiguen rematar el trabajo en los próximos días.