La desconcertante temporada de los Bulls, para lo bueno y para lo malo, podría llegar a su fin el viernes. El equipo entrenado por Fred Hoiberg recibirá a unos Celtics con ventaja de 3-2, a solo un triunfo de la segunda ronda. Para afrontar este duelo por su propia supervivencia, Chicago tendrá de nuevo la baja de su base más fiable, Rajon Rondo, todavía sin recuperarse de la fractura en su pulgar derecho que sufrió en el segundo partido de la eliminatoria.
Baja segura
Sin querer dejar la intriga del quinto partido, donde finalmente Rondo no jugó, los Bulls confirmaron con un día de antelación que el cuatro veces All-Star no estará disponible para el enfrentamiento del viernes. Salvo cambio de última hora, Fred Hoiberg seguirá apostando por Isaiah Canaan como nominal base titular, si bien su rol en la cancha ha acabado siendo más de anotador, cediendo el control del balón a Dwyane Wade y Jimmy Butler.
En ausencia de Rondo, los Bulls han tenido serios problemas a la hora de crear ataque, particularmente con unos inefectivos Jerian Grant (relegado ahora al fondo de la rotación) y Michael Carter-Williams (reserva) en la dirección. El otro base del equipo, Cameron Payne, solo ha disputado minutos basura, pese a haber sido sobre el papel la adquisición principal del traspaso con Oklahoma City en el que Chicago dejó escapar a Taj Gibson y Doug McDermott.
Un año extraño
La dependencia de los Bulls en Rajon Rondo sirve de brutal contraste con otros momentos de la temporada en los que el base fue relegado a un rol secundario, o incluso fuera de la rotación, por decisión técnica. Superadas las turbulencias, y en gran parte por la falta de competencia interna en su puesto, Rondo es ahora el jugador más añorado por unos Bulls al borde de la eliminación.