Los Bulls siguen imparables y conquistan Milwaukee

Quinta victoria consecutiva de unos Bulls impecables en los últimos días. Los de Chicago han pasado del deprimente 3-20 a un digno 8-20, merced ese puñado de éxitos seguidos que coincide con el regreso de Nikola Mirotic a las pistas. Con él, 5-0 de balance para los Bulls, que anoche tomaron Milwaukee y doblegaron a los Bucks (109-115).

Si el plan de los Bulls era un tanking prematuro, lo están disimulando muy bien o directamente, no hubo historia y como tal y simplemente el equipo necesitaba recuperar algunas piezas, salir de la oscuridad en la que estaba dentro y fuera de la pista y crecer. Por mucho que sean estadísticas, no es casualidad que desde que está Mirotic en activo, los de Fred Hoiberg no sepan lo que es caer. Además del 5-0 reciente, ganar en plazas complicadas como Milwaukee (9-5 en casa para los Bucks este curso) habla muy bien del progreso de Chicago.

Portis, récord profesional

Claro que no todo se explica con la vuelta de Mirotic, quien ayer anotó 22 puntos y capturó 8 rebotes en una nueva titularidad para el ala-pívot. Los triunfos de Chicago tienen más apellidos, como el de Portis. Bobby Portis consiguió en Milwaukee su mejor marca profesional en la NBA, con 27 puntos. Su récord previo, de 23 dianas, databa de hace unos días, del pasado 11 de diciembre. Con 12 rebotes capturados bajo los aros del Bradley Center, Portis alcanzó su tercer doble-doble del curso y se reveló como la mejor opción del banquillo de los Bulls. Definitivamente, y al menos en la pista, su compenetración con Mirotic ha dejado atrás lances anteriores.

Y sin Markkanen

El finlandés se ha perdido los tres últimos choques, lo que no ha sido problema para que los Bulls ganaran a rivales de postín como los Celtics, los Jazz y ahora los Bucks. No sólo es la racha de 5-0, sino también contra qué equipos se ha producido, todos de playoffs menos los Hornets.

Chicago hace unos días que ha dejado de ser no sólo el peor plantel de la NBA sino también del Este y escala posiciones gracias también a la figura de un cada vez más mejorado Kriss Dunn, 17 puntos y 7 asistencias ayer en Wisconsin, o de ese silencioso trabajador llamado David Nwaba. El ex de los Lakers igualó anoche su número de máximo de minutos en un partido,con 35, muestra de que se ha convertido en una pieza esencial en los esquemas de Hoiberg.

“Lo más importante es que seguimos mejorando. Cuando saltamos a la pista competimos cada noche. De eso se trata”, apuntó  el propio técnico al acabar el choque. El curso perdido en Chicago tendrá que esperar un poco más, de momento.


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