Los Chicago Bulls aprovecharon la visita de los Brooklyn Nets al United Center para regresar a la senda del triunfo. De la mano del mejor Josh Giddey de la temporada —quien firmó su primer triple-doble como jugador de los Bulls con 20 puntos, 13 rebotes y 11 asistencias— los locales ajusticiaron a su rival tras una gran segunda mitad que les permitió cerrar el duelo con un cómodo resultado de 128 a 102.
“Fue genial”, declaró Giddey en la rueda de prensa posterior al encuentro. “Los chicos hicieron que mi trabajo fuera fácil. Jugamos de la manera correcta. Tuve tiros cómodos y pude impulsar el balón. Los chicos acertaron sus tiros y llegaron al aro. Trabajo en equipo. Lo hicimos en equipo y así es como debe ser todas las noches”.
Los de Billy Donovan fueron de menos a más antes de romper el partido en el tercer cuarto de la mano de Zach LaVine y Nikola Vucevic, quienes añadieron 18 y 21 puntos, respectivamente. A los Bulls les costó carburar hasta el descanso, condicionados por la baja de Coby White, quien sufre un esguince de tobillo que lo podría mantener apartado de las canchas algún encuentro más.
Sin White, Giddey tomó las riendas de los de Illinois, mientras que Matas Buzelis disfrutó de 22 minutos desde el banquillo para firmar su mejor actuación como rookie, en la que se fue hasta los 20 puntos gracias a sus cuatro aciertos en cinco intentos desde la línea de tres puntos. «Simplemente intento seguir aprendiendo y seguir avanzando», declaró el novato.
Por su parte, los Nets acusaron el haber jugado un exigente compromiso 24 horas ante los Orlando Magic y sumaron su tercera derrota consecutiva, la cual les hace caerse de los puestos de play-in, aunque empatados en récord (9-13) con los propios Bulls, novenos clasificados, y los Detroit Pistons, décimos.
Los de Jordi Fernández no pudieron contar con Cam Johnson debido a un esguince de tobillo, quien se sumó a una lista de lesionados en la que también figuraron Dorian Finney-Smith, Ben Simmons y Ziaire Williams. Así, los 18 puntos de Dariq Whithead y los 16 tantos de Dennis Schröder resultaron insuficientes para igualar la potencia de fuego de su rival y plantar batalla en defensa.
Una vez más, el técnico español no quiso escudarse en la falta de efectivos y arengó a los suyos por su falta de respuesta. «Tenemos estándares más altos, la forma en que trabajamos, la forma en que jugamos, la forma en que competimos. Y esto no fue nada bueno”, afirmó Jordi Fernández. «Anotaron 56 puntos en la primera mitad y 72 en la segunda. Así que nuestra defensa fue extremadamente mala. Y nuestros jugadores saben que nuestra presión sobre el balón tiene que ser mejor, nuestra competitividad, nuestra comunicación. […] Esta segunda mitad… esto no es lo que queremos ser. Esta no es nuestra identidad. Fue bastante pobre”.
