La pretemporada no ha podido empezar peor para Emoni Bates. El alero, quien firmó un two-way contract en verano para continuar en los Cavaliers, ha tenido que pasar por el quirófano para someterse a una cirugía artroscópica para tratar un menisco desgarrado en su rodilla derecha, tal y como informa la propia franquicia de Ohio.
En cuanto al tiempo que estará de baja, los servicios médicos de Cleveland volverán a evaluar su estado cuando pase aproximadamente un mes; es decir, es seguro que se perderá al menos tres semanas de temporada regular.
Aunque empezar así el curso 2024-25 de la NBA supone un frenazo para sus aspiraciones personales, Bates ha mandado un mensaje de calma a través de sus perfiles en redes sociales al compartir una foto de sí mismo en una cama de hospital con una sonrisa en su rostro, afirmando que tenía un «leve desgarro» y que «volvería más fuerte y mejor».
Pese a ser considerado en su momento como un enorme talento que podía incluso aspirar al top-5 en el draft, finalmente cayó hasta el puesto 49 en 2023 tras un par de años universitarios en los que los altibajos fueron una constante. Ya como jugador de los Cavs, apareció en 15 partidos para promediar 2,7 puntos en 8,9 minutos por noche, quedándose en un 30,6 por ciento en tiros de campo.
Donde sí desplegó todo su potencial fue en una G League en la que jugando con los Cleveland Charge alcanzó una media de 21,6 puntos y 5,7 rebotes por partido, con un 41,4 por ciento en tiros de campo, 37,1 en triples y 81,4 en tiros libres.
(Fotografía de Nick Cammett/Getty Images)