Ya hay un equipo que gana su serie por 3-0 y, para sorpresa de muchos, no es otro que los Boston Celtics. El cuadro de Brad Stevens se impuso a los Pacers por 96-104 en la llegada de la serie a Indiana, y deja ya vista para sentencia una eliminatoria que se antojaba como una de las más parejas. Es más, si repiten victoria el próximo domingo, estaríamos hablando del primer barrido de estos playoffs.
El 3-0, no obstante, no hace justicia a los de McMillan. Los tres partidos, en especial los dos últimos, han sido de lo más parejos, y en cada encuentro han tenido tramos de gran baloncesto colectivo que no han terminado de aprovechar. Su problema llega en el clutch, donde la baja de Oladipo está pesando más de lo previsto (que no era poco) y donde un hombre está brillando con luz propia: Kyrie Irving.
El de anoche no fue un choque particularmente acertado para el base (7/19 en el tiro), pero dio igual cuando llegó el tramo decisivo. Con el marcador reflejando el 87-88 a falta de seis minutos, los Celtics recurrieron a la inventiva del ex de los Cavs, que asumió el control absoluto del ataque de Boston y generó cada una de las situaciones ventajosas. Sus números, 19 puntos y 10 asistencias, están lejos de los del Game 2, pero su capacidad de decidir en el tramo final volvió a ser inversamente proporcional a la de los hombres de Indiana.
Bienvenido a playoffs, Mr. Brown
Tras dos partidos en el Garden más que discretos, Jaylen Brown despertó de su letargo para firmar su primera gran actuación de esta postemporada. El escolta fue el máximo anotador de los de Massachusetts con 23 tantos, y lo hizo fallando solo uno de sus 9 tiros de campo. 12 de dichos puntos llegaron en el primer cuarto, periodo en el que los Celtics arrasaron a Indiana a base de triples y llegaron a mandar por hasta 15 tantos de diferencia (41-26).
Los Pacers reaccionaron con la llegada del segundo cuarto, en el que sacaron a relucir su mejor versión defensiva para lograr darle la vuelta al marcador, pero esta situación no duraría demasiado. Como ocurrió en el primer partido, los de McMillan colapsaron ofensivamente en el tercer cuarto, aunque esta vez lograron controlar la situación y mantenerse cerca hasta el final, momento en que Irving decidió hacer de las suyas.
Tyreke Evans, autor de 19 puntos, fue el mejor de Indiana, que, pese a contar con hasta siete jugadores por encima de la decena en anotación, echó en falta la versión más certera de sus hombres clave. Bojan Bogdanovic, pese a sus 15 tantos, firmó un pobre 2/8 en triples, mientras que Domantas Sabonis no pudo pasar de un 3/10 en el tiro que le impidió dar su habitual impulso desde el banquillo. Las cosas tendrán que cambiar el domingo, o los Pacers pondrán el punto y final a estos playoffs de forma mucho más temprana y cruel de lo que esperaban (y merecen).
(Fotografía de portada: Andy Lyons/Getty Images)