Los Celtics ganan en Miami y vuelven a unas Finales de la NBA

Los Celtics se han proclamado campeones de la Conferencia Este. El conjunto de Boston ha logrado finalmente imponerse a Miami tras llevarse el Game 7 por 96-100 y regresa tras 12 años a unas Finales de la NBA en las que esperan los Golden State Warriors. El conjunto de Massachusetts había alcanzado sin éxito las Finales del Este en tres de las cinco temporadas anteriores, pero en esta ocasión ha logrado por fin superarlas y peleará por el anillo a partir de próximo jueves.

Los de Udoka fueron por delante en el marcador en todo momento, y lo cierto es que durante muchos tramos parecían tener en su mano una victoria más cómoda de lo que finalmente fue. Después de imponerse por 17-32 en el primer cuarto y ampliar aun más la ventaja en el segundo (17-34 fue la máxima), los visitantes empezaron a prometérselas felices, pero a partir de entonces comenzó un continuo toma y daca en el que cada equipo parecía tener respuesta para los golpes del otro. Si los Heat amagaban con remontar, Boston contestaba con un parcial favorable; si los visitantes trataban de romper el partido, los locales volvían a pegarse.

Butler roza la proeza

Con esta dinámica se llegó al último cuarto, en el que los Celtics pusieron un 85-98 a falta de 3 minutos que parecía dejarles el partido en bandeja, pero los de Spoelstra tenían aún una última bala en la recámara. Con un parcial de 11-0 culminado por un triple de Strus a falta de 50 segundos, Miami se colocó a una sola posesión de distancia, y después de que Smart fallase el siguiente tiro, contaron con la oportunidad de empatar o incluso ponerse por delante. La responsabilidad de dicho lanzamiento la asumió Jimmy Butler, que nada más llegar a campo rival buscó un triple que habría puesto a los suyos por delante a falta de 17 segundos, pero este no entró y Boston sentenció el choque desde la línea de personal.

Este tiro podría haber encumbrado definitivamente a Butler como el héroe de los de Florida, pues, tras un legendario Game 6, el alero volvió a ser el mejor de los suyos esta madrugada. Con 35 puntos, Jimmy fue el gran responsable de que los Heat aguantaran con vida hasta el final pese a los continuos golpes de los Celtics, aunque lo cierto es que su aportación fue decayendo con el paso de los minutos y, tras alcanzar los 24 tantos en la primera mitad, se quedó en 11 en la segunda, de los cuales solo 4 llegaron en el último cuarto. Esto se debió seguramente al cansancio, ya que, además de llevar varios encuentros jugando con molestias, el alero disputó los 48 minutos completos de este Game 7.

Unas Finales impensables en enero

Más repartidos estuvieron los focos entre los visitantes, pues Jayson Tatum, que lideró la anotación de los suyos con 26 puntos, estuvo seguido muy de cerca por los 24 que aportaron tanto Jaylen Brown como Marcus Smart. Los exteriores de los Celtics brillaron por tanto prácticamente de principio a fin, aunque sus problemas cuando llegaron los minutos finales estuvieron cerca de costarle un susto. Tras una canasta de Brown a falta de 4 minutos y 12 segundos, Boston no volvió a anotar un lanzamiento de campo, lo cual permitió a los locales acercarse en el marcador y pudo haberles pasado factura.

No fue el caso, y lo cierto es que en partidos de tal magnitud sirve de poco hablar de lo que pudo haber pasado o estuvo cerca de pasar. Boston, con sus imperfecciones a lo largo de estos playoffs, ha logrado ser el equipo más consistente del Este y el que mejor se ha recuperado de cada golpe, y, tras dos series de infarto, es difícil poner en cuestión su condición de finalistas. Udoka y los suyos ponen por tanto el colofón a un cambio de rumbo que muy pocos esperaban en los últimos meses de competición, aunque el verdadero colofón llegaría con la consecución del 18º anillo de la franquicia.

No es baladí hablar del giro que tomó la vida de los de Massachusetts a mitad de curso, pues cabe recordar que, con casi dos tercios disputados de la liga regular, los Celtics presentaban un balance de 25-25. Según datos de ESPN, esta es la peor marca a dichas alturas de temporada de un equipo que acabó siendo finalista desde el año 1981, cuando Houston llegó a las Finales pese a arrancar la temporada con un balance de 22-28. Aquellos Rockets, no obstante, acabaron cayendo precisamente ante Boston, que buscará en esta ocasión culminar la proeza escribiendo su nombre en el registro de campeones.

(Fotografía de portada: Eric Espada/Getty Images)


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