Los Chicago Bulls, con su flamante nueva directiva —Arturas Karnisovas, vicepresidente, y Marc Eversley, general manager— ya al mando de las operaciones, podrían haber tomado una decisión importante de cara a la temporada que viene.
De manera más precisa, la decisión vendría por el flanco de quién no querrían que se hiciese cargo del banquillo de la organización. Según pudo manifestar el periodista Joe Cowley (Chicago Suns Times), Karnisovas y cía habrían tomado ya la decisión de deshacerse de Jim Boylen, actual entrenador jefe.
«Detrás de las cámaras, están listos para deshacerse de Jim Boylen. La cuestión es más el timing y cómo quieren hacerlo. La decisión ya está tomada», pudo alegar Cowley.
No es ninguna sorpresa. Boylen tenía todas las papeletas del mundo para no continuar dentro del joven croquis de los Chicago Bulls. En la temporada y media que el preparador permaneció en el cargo, demostró estar ciertamente chapado a modales antiguos que encajaban de manera dificultosa en los jóvenes de la plantilla.
No en vano, tanto la pasada temporada como en la presente vivió períodos más o menos tensos con sus jugadores que hasta desembocaron en algún que otro motín dentro del vestuario. Jugadores en armas dispuestos a ‘plantar’ a su superior y a no presentarse a la sesión de práctica que el jefe había programado.
Los métodos de Boylen parecen seguir sin convencer. Pero es que en la presente campaña, el técnico dirigió unos Bulls atorados en un récord de 22-43 antes del parón sanitario. El rendimiento del equipo se situó muy por debajo de lo esperado y por ello se precipitaron cambios importantes en la dirección de la organización: destituciones de John Paxson y Gar Forman. La salida de Boylen podría ser el siguiente movimiento.
Con la llegada de Karnisovas y Eversley, los Bulls esperan comenzar a emerger de una continua reconstrucción que, por unos motivos u otros, nunca terminó de apuntalarse desde el último anillo, en 1998.
(Fotografía de portada: Jonathan Daniel/Getty Images)