Cuando llegaron a Los Angeles, P. J. Tucker y Bones Hyland no esperaban quedar relegados al fondo del banquillo noche tras noche. El ala-pívot, llegado al equipo en el traspaso de James Harden desde Philadelphia, lleva años siendo relevante en conjuntos aspirantes. Por su parte, Hyland aterrizó en LA buscando un rol que en Denver le negaron y que en sus primeros meses fue el de hacer funcionar al equipo sin Westbrook en cancha. Pero consumida la mitad de la temporada, ninguno de los dos llega a los 20 partidos disputados.
Esto ha hecho crecer la frustración en ambos y, como consecuencia, la franquicia les ha permitido tomar ‘vacaciones’ anticipadas antes del parón del All-Star. Esta noche los Clippers viajan a San Francisco para enfrentarse a los Warriors, pero informa Shams Charania de que Hyland y Tucker se quedarán en el sur de California y no regresarán a la rutina del equipo hasta que todos vuelvan de los días libres por la cita de este fin de semana. Tucker, al que le resta este curso y uno más con opción de jugador a razón de más de 11 millones de dólares, trató de negociar un buyout. Finalmente decidió que la mejor decisión a nivel financiero y deportivo era permanecer en Los Angeles y ayudar al equipo en su lucha por el anillo como líder de vestuario.
En cuanto a Hyland, al que también le queda por cumplir este y el siguiente año de su contrato rookie, la situación parece insostenible por la proyección que mostró en su primer curso en la liga. Resulta un jugador interesante de cara a introducir en traspasos, pero los Clippers no han buscado movimientos de forma activa en el recién finiquitado mercado.
(Fotografía de portada de Elsa/Getty Images)