Los Clippers se llevaron el derbi angelino más importante en mucho tiempo. Con los Lakers cada vez más al alza y los playoffs en juego, los dos equipos de la ciudad se midieron en un choque llamado a determinar cuál de ellos adquiría un billete para los playoffs, billete que, aunque no es oficial todavía, tiene ya escrito en su dorso el nombre del hermano pequeño (que no pobre) de Los Ángeles. El cuadro de Tyronn Lue se impuso por 125-118 y se coloca con un partido de ventaja en la clasificación y con el desempate a su favor, lo que les deja en una posición muy favorable para estar en la postemporada sin pasar por el play-in.
A él parecen abocados los Lakers, que sin embargo dejaron claras sus intenciones de evitarlo cuando, a falta de muy poco para que diese comienzo el duelo, anunciaron que tanto LeBron James como Anthony Davis serían de la partida. Ambos habían sido incluidos en la lista de dudas después del esfuerzo realizado en la visita a Salt Lake City de la noche anterior, en la que necesitaron una prórroga para llevarse el triunfo, pero la importancia de este encuentro les hizo no tomarse la noche libre. AD en concreto disputó su primer back to back desde principios de noviembre mientras que para LeBron fue el primero desde enero, dejando claro que eran conscientes de lo mucho que había en juego.
No obstante, tanto ellos como sus compañeros parecieron ser víctimas del encuentro del día anterior. Y es que el resultado final no hace justicia a lo que fue este choque, dominado por los Clippers prácticamente de principio a fin (los Lakers fueron ganando durante 18 segundos) y con diferencias en el marcador cercanas a los 20 puntos en muchas ocasiones. De hecho, el duelo dio la sensación de estar sentenciado en diferentes momentos de la noche, y si terminó con una distancia relativamente corta fue por el empeño de LeBron James en que así fuera.
Tras una muy mala primera parte, el de Akron sumó 30 tantos en la segunda para terminar como máximo anotador de la noche (33) y tratar de recortar los 24 puntos de ventaja con los que los Clippers se situaron al inicio del tercer cuarto (76-52). Y aunque a ratos consiguió parciales favorables que parecían dar vida a los de oro y púrpura, estos fueron siempre respondidos por los locales para evitar que las diferencias se estrecharan en exceso. Y no precisamente por el hombre que cabría esperar.
Kawhi Leonard fue el gran protagonista de la primera mitad, en la que llegaron 17 de sus 25 tantos, pero en la segunda fueron los jugadores de banquillo los que asumieron galones. Norman Powell, máximo anotador de los suyos con 27 puntos, sumó 10 de ellos en los compases finales del tercer cuarto para cortar el parcial de 5-22 que estaban recibiendo los Clippers, mientras que Bones Hyland anotó sus 14 tantos en el último cuarto y terminó de dinamitar el duelo y de acabar con las esperanzas visitantes. Fue, en resumen, otra demostración de profundidad de los de Lue, que aún sin Paul George demostraron tener varios hombres capaces de dar un paso adelante.
«Ha sido una de esas noches complicadas por el calendario. Nos ha quitado nuestra mejor versión» comentó LeBron, que pareció resignarse a pasar por el play-in. «Ahora, lo que tenga que ser, será. Creo que ahora mismo para nosotros lo más importante es mantenernos sanos. Ese ha sido nuestro talón de Aquiles en los últimos años».
(Fotografía de portada: Harry How/Getty Images)