Sin hacer demasiado ruido, Los Angeles Clippers son sin duda uno de los equipos más en forma de toda la NBA. Los californianos parecían estar cerca de tocar fondo con la racha de derrotas sufrida tras el traspaso de Harden, pero aquello pareció tratarse más bien de un paso atrás para coger un impulso que todavía les dura.
El conjunto de Tyronn Lue ha sumado esta madrugada su 13ª victoria en sus últimos 15 partidos, algo que ha logrado tras doblegar por 122-131 a unos Suns que empezaban a dar sus propios síntomas de recuperación. Phoenix había sumado cuatro triunfos consecutivos y comenzaba a escalar posiciones en el complicado Oeste, pero en ausencia de Kevin Durant han sido devueltos a la realidad por unos Clippers que, pese a la poca confianza que se tenía en general en ellos, parecen un equipo más hecho y más serio.
El resultado final es de hecho un tanto engañoso con respecto a lo parejo que pudo resultar el encuentro, pues lo cierto es que las diferencias fueron bastante mayores durante casi todo el tiempo. Con un parcial de 4-19 durante el primer cuarto, los visitantes llevaron desde muy temprano la distancia por encima de los dobles dígitos, y a partir de ahí la hicieron crecer hasta los 23 puntos y la estabilizaron cerca de las dos decenas durante casi toda la segunda mitad. Solo al final un último arrebato local logró apretar las cosas, pero nunca lo suficiente como para poner de verdad en peligro el triunfo.
Dicha diferencia se forjó de la mano de Paul George y Kawhi Leonard, que están afrontando su temporada regular más normal desde su llegada a Los Ángeles y demostrando lo que pueden hacer juntos cuando los problemas físicos salen de la ecuación. Con 33 y 30 tantos respectivamente fueron una pesadilla para la defensa local, a la que castigaron con una notable eficiencia (17/30 en tiros entre ambos) y con un gran arsenal de armas, pues mientras que George brilló más desde la larga y media distancia, Leonard se centró en atacar la pintura.
Ambos contaron además con la ayuda de James Harden, que sigue encontrándose cada vez más cómodo en el rol de base del equipo y terminó con 22 puntos y 11 asistencias en su haber.
Phoenix sigue sin despegar
Hay una importante cantidad de similitudes entre estos Suns y estos Clippers. Ambos son equipos plagados de grandes nombres, que vienen de no rendir tan bien como cabría esperar y de enfrentarse a problemas físicos, y a los que casi inevitablemente se va a juzgar en exclusiva por su rendimiento en postemporada. Y sin embargo, a estas alturas de curso, hay también evidentes diferencias.
Devin Booker, con 35 tantos y 6 asistencias, trató de cubrirlas, pero su esfuerzo fue estéril. Sin Durant, los de Arizona se vieron desbordados casi de principio a fin y no pudieron seguir el ritmo anotador marcado por las estrellas visitantes pese a que Bradley Beal, con 21, firmó una de sus mejores anotaciones. Los de Vogel venían de mostrar síntomas de mejora y esta derrota ante un buen equipo sin KD no es necesariamente el fin del mundo, pero sí sirve de recordatorio de que todavía hay mucho que mejorar.
(Fotografía de portada: Chris Coduto/Getty Images)