Se cierra un capítulo que lleva coleando desde hace más de dos años. Tal y como informa ESPN, tanto Marcus Morris como su hermano Markieff han sido declarados no culpables en el juicio por asalto agravado a Erik Hood, un hombre de 36 años.
Los hechos sucedieron en enero de 2015. Según el informe policial, Hood estaba yéndose de un partido de baloncesto de instituto cuando fue atacado y golpeado por un amigo de ambos jugadores. Al intentar escapar de la agresión, cayó al suelo, donde varios hombres le dieron golpes y patadas. Los gemelos fueron juzgados por, presuntamente, haber participado en dicho asalto a Hood.
Tras más de dos semanas de juicio – de hecho se han perdido el inicio de la pretemporada por ello – y después de leerse el veredicto, los hermanos Morris se abrazaron a sus abogados y aprovecharon para declarar que “desde el principio esperábamos que nos declarasen inocentes”.
Motivos económicos
La defensa se ancló con vehemencia en que Hood trató que dos testigos implicaran a los hermanos en el asalto a cambio de dinero en efectivo. Ambos testigos se negaron ante esa propuesta y declararon que los gemelos Morris estaban en el lugar de los hechos, pero no como parte del altercado.
Los abogados de los gemelos presionaron a Hood durante su testimonio acerca de los motivos financieros que podían estar llevándole a incluir a ambos jugadores en el caso, así como el conocimiento que este tenía de los activos financieros con los que cuentan tanto Markieff como Marcus.
Tras cerrarse este caso para los hermanos, confían en poder volver a sus dos equipos y continuar con normalidad la preparación para el inicio de la NBA.