Lo que estaba llamado a ser una fiesta en el Target Center acabó convirtiéndose en una pesadilla. Los Timberwolves cayeron por 95-104 en el Game 3 de su serie ante Memphis tras ir ganando por hasta 26 puntos, dejando escapar un encuentro que habría supuesto un importante golpe sobre la mesa en la eliminatoria. En cierto modo lo ha hecho, pero en sentido contrario, pues los Grizzlies se ha encontrado con un triunfo vital y con refuerzo anímico que inevitablemente afectará a la forma en que ambos conjuntos lleguen al cuarto encuentro.
Minnesota firmó un arranque de partido arrollador, en el que, aprovechando su velocidad en transición, castigó muchísimo las pérdidas rivales para anotar con velocidad y colocarse con un aplastante 47-21 al inicio del segundo cuarto que invitaba a la celebración. Si bien Memphis logró reducir la diferencia a 8 puntos antes del descanso, a la vuelta de este los de Finch volvieron a sacar el rodillo, provocando errores en los de Tennessee y castigándolos con rapidez para poner el 79-54 en el marcador en los minutos finales del tercer cuarto. Con 25 tantos de diferencia y unos 15 minutos por jugarse, nadie parecía creer ya en las opciones de victoria de los Grizzlies. Excepto ellos mismos.
El cuadro de Jenkins reaccionó de manera inmejorable al hecho de verse tan abajo, y abrió el cuarto periodo pareciendo un equipo radicalmente distinto. Ja Morant, que no estaba jugando un buen partido y que de hecho terminó con un poco llamativo 5/18 en el tiro y 7 pérdidas, supo sin embargo leer perfectamente el choque en este momento, y se hizo con las riendas del mismo para capitanear un parcial de 4-29 con el que los suyos igualaron el marcador en cuestión de 5 minutos. Finch nunca llegó a pedir tiempo muerto, y dejó a los Grizzlies construir un momentum que, cuando quiso romper, era ya demasiado tarde.
Conducidos por el primer triple-doble en playoff de Morant, que acabó con 16 puntos, 10 asistencias y 10 rebotes, el ataque de los visitantes comenzó a fluir, los tiros abiertos empezaron a aparecer y el resto de figuras del equipo empezaron a anotar. Desmond Bane, con 26 tantos y 7 triples, terminó como el máximo anotador, mientras que Brandon Clarke tuvo también un gran impacto en este tramo y logró terminar con 20. Dillon Brooks, por su parte, no pudo pasar de los 11, pero suyo fue el triple que puso la puntilla al duelo y que culminó la mayor remontada de la historia de la franquicia en un partido de playoffs.
Los Wolves, que tan bien habían lucido en tramos anteriores, no fueron capaces de encontrar respuesta, y terminaron recibiendo un enorme mazazo en el que el más damnificado fue Karl-Anthony Towns. El pívot acabó el encuentro muy señalado tras quedarse en 8 puntos después de lanzar solo 4 veces a canasta, lo que convirtió al que está llamado a ser la principal figura local en un jugador relativamente intrascendente. Los problemas de faltas le hicieron pasar gran parte del último cuarto en el banquillo, pero lo cierto es que ni siquiera cuando sí estuvo en pista logró ser diferencial.
D’Angelo Russell y Anthony Edwards, con 22 y 19 tantos respectivamente, fueron quienes se encargaron de llevar a los suyos en volandas en los mejores minutos de los locales, pero tampoco supieron capear el temporal cuando Memphis comenzó a crecer. Veremos si Minnesota tiene ahora la suficiente capacidad de reacción como para sobreponerse a esta remontada, pues este podría ser uno de esos partidos que, aun valiendo lo mismo que los demás, acaba definiendo una serie.
(Fotografía de portada: Justin Ford/Getty Images)