El traspaso de Donovan Mitchell a los Cavaliers pilló a muchos por sorpresa, tanto que hay quien se niega a aceptar su llegada a Ohio fuera el curso natural de las cosas. No han sido pocos quienes han querido insinuar que los Jazz aceptaron la oferta de Cleveland como una especie de castigo a los Knicks, tanto por su negativa a incluir determinadas condiciones en las negociaciones como por acciones como el hecho de que varios ejecutivos neoyorquinos se presentasen en el Game 1 entre los de Salt Lake City y los Mavericks. No obstante, desde Utah han querido despejar cuanto antes esta hipótesis.
Así lo ha asegurado Zach Lowe, periodista de ESPN, en su propio podcast: «Las emociones pueden tener su papel en esto, pero desde los Jazz me aseguran que, aunque sí les molestó el incidente del partido ante Dallas, son personas maduras y no van a basar una decisión de este tipo en algo que ocurrió hace meses. Creen que han llegado al mejor acuerdo posible».
Lo cierto es que, si bien no se puede descartar ninguna hipótesis al 100%, no parece probable que un movimiento de este estilo se realice por razones como las que se sugieren. Los ejecutivos que llegan a tener tanto poder de decisión en franquicias multimillonarias están ahí por algo, y cuesta creer que se actúe de manera tan pueril a la hora de negociar un traspaso que va a empezar a definir el proceso de reconstrucción de tu equipo.
Incluso si se considera que un potencial acuerdo con los Knicks era mejor para los Jazz, esto no implica necesariamente que el rencor haya sido la causa del acuerdo. La historia de la liga está plagada de traspasos de dudosa calidad, pero tomados siempre por directivos que creían estar haciendo lo mejor para su equipo, no pasando por una pataleta infantil. O eso es lo que resulta más lógico creer.
(Fotografía de portada: Chris Gardner/Getty Images)