Este verano entran en juego las reformas que limitan las mieles del tanking
Llevaban meses persiguiéndolo y finalmente lo han conseguido. Los New York Knicks (15-64), con 79 partidos disputados y cuatro triunfos menos que Cavaliers y Suns, se han asegurado de manera matemática –gracias al win de anoche de Phoenix sobre NOLA– el peor balance de la fase regular. Y eso implica dos cosas con vistas al Draft.
En primer lugar, que sus opciones de first pick se mantienen inalteradas. Y es que debemos recordar aquí las modificaciones que introdujo Adam Silver en 2017 de cara al Draft y que entran en vigor esta primavera (el 15 de mayo es la lotería).
La primera de ellas, en su dura cruzada contra el tanking, consistía en igualar las posibilidades de los tres peores récords de hacerse con el número uno del Draft. Es decir, en estos momentos, Suns, Cavs y Knicks partirían con el mismo porcentaje: un 14%.
Lo segundo es que el equipo que ostentara el farolillo rojo, también como castigo (de perfil light) ya no se aseguraba un pick-4, sino un pick-5. Es decir, en el caso de que la estadística y la mala fortuna se aliasen en contra de los Knicks, su peor elección nunca bajaría de la quinta de las gorras.
Cábalas y necesidades
Con Zion Williamson, Ja Morant y RJ Barret copando el oro, la plata y el bronce en casi cualquier mock al que acudamos, las divergencias son más evidentes a partir de ahí.
En NBADraft.net, por ejemplo, dan el cuarto lugar, por ahora, a Rui Hachimura y el quinto a Coby White, mientras que en Tankathon colocan a Jarret Culver y Cam Reddish respectivamente.
Que finalmente se cumpla el sueño de Kevin Durant o el de Kyrie Irving (o ambos), influirán y mucho a la hora de seleccionar un jugador u otro según las necesidades que presente la plantilla. Lo único que parece seguro es que el first pick está anclado a Zion… a partir de ahí, Scott Perry y James Dolan dirán.