Ya avisó la NBA que era probable que para la postemporada se viese un considerable aumento de público en las gradas; claro que tal perspectiva dependía en último lugar de los gobiernos locales, lo cual hace a su vez que cada franquicia tenga un número diferente de aficionados en sus pabellones (tal y como ha ocurrido en temporada regular).
A la espera de saber qué hace cada equipo respecto a esta posibilidad de tener más fans apoyando en vivo, Marc Stein de The New York Times señala que los New York Knicks planean acoger hasta 13.000 aficionados en el Madison Square Garden para el primer partido de playoffs ante Atlanta Hawks, su rival de primera ronda.
Sin duda supone una gran noticia para la organización neoyorquina. Tras ocho años de espera regresan a playoffs y tener a aficionados en los asientos es un aliciente más ante tan importante momento. La diferencia de New York respecto a anteriores campañas es enorme. Básicamente han pasado de ser uno de los peores equipos de la competición a uno de los rivales más molestos de la NBA.
Gran culpa del enorme cambio de los de La Gran Manzana recae sobre Tom Thibodeau. El entrenador ha dotado al equipo de un estilo propio en el que sobresale una excelente defensa; tanto es así que son el cuarto mejor equipo de la Liga en rating ofensivo al encajar 107,8 puntos por cada 100 posesiones. Bajo su liderazgo han crecido jugadores como Julius Randle, ahora All-Star, o el joven R.J. Barrett.
(Fotografía de Rich Schultz/Getty Images)