Los New York Knicks consiguieron romper una racha derrotas en Denver que duraba hasta 16 años, ya que la última ocasión en la que se alzaron vencedores en el Ball Arena (antes Pepsi Center) fue gracias a un tiro sobre la bocina de Jamal Crawford en 2006.
Desde entonces pleno de derrotas (9 seguidas), pero no fue hasta en la pasada noche cuando consiguieron remontar hasta diez puntos en el último periodo gracias un inspirado Julius Randle, quien registró su mejor anotación del curso con 34 puntos para imponerse por 106-103.
El ala-pívot rompería el empate en el marcador con 50,6 segundos restantes para el final, y su compañero Jalen Brunson les pondría por delante a falta de 10,5 segundos desde el tiro libre.
Por su parte, los Denver Nuggets no pudieron contar con el dos veces MVP Nikola Jokic, contagiado de Covid-19, y por primera vez en lo que llevamos de inicio de curso sumaron la primera derrota en casa (4-1). «No hay que sentir pena por nosotros», reconoció Michael Malone a ESPN.
«Nos superaron. El mérito es de ellos, pero deberíamos haber ganado este partido», agregó un Bones Hyland, que regresó a los parqués tras superar los protocolos del Covid-19 con 21 puntos y 7 rebotes desde el banquillo.
Además del excelso partido de Randle, el base Jalen Brunson aportó 21 puntos, 5 rebotes y 7 asistencias, y R.J. Barrett volvió a tener problemas con su lanzamiento para terminar con un 4/18 intentos y 11 tantos.
En los Nuggets, que tampoco pudieron contar con Aaron Gordon por enfermedad, dejó como titulares a Jeff Green y DeAndre Jordan. El canadiense Jamal Murray fue su máximo exponente con 21 puntos; y Kentavious Caldwell-Pope y Zeke Nnaji aportaron 13 tantos cada uno.
En la próxima jornada los Knicks continúan con su gira por el Oeste y visitan el viernes el pabellón de los vigentes campeones Golden State Warriors. Por su parte, los Nuggets viajan hasta Dallas el próximo 19 de noviembre para enfrentarse al Luka Doncic.
(Fotografía de portada: Stephen Maturen/Getty Images)