El punto álgido del principio de temporada de los Warriors se convirtió en pesadilla solo 24 horas después. Tras su gran victoria ante Oklahoma City, en un duelo muy personal para Kevin Durant, el vigente finalista de la NBA se topó con unos Lakers mucho más peligrosos de lo esperado.
Luciendo un uniforme retro que recordaba a los mejores años del «Showtime» de la era de Magic Johnson, el equipo angelino encontró la mejor noche para firmar un partido casi perfecto y ganar por un rotundo 117-97 a Golden State.
Un clásico renovado
Lakers win their second straight home game of the season behind Julius Randle's 20 points and 14 rebounds #LakersWin pic.twitter.com/w9R6s33CD5
— Los Angeles Lakers (@Lakers) November 5, 2016
El joven equipo entrenado por Luke Walton, asistente durante las dos temporadas anteriores de Golden State, utilizó ante su rival una de sus armas predilectas: el movimiento de balón. Los Lakers firmaron un espléndido y rápido partido circulando el balón, confundiendo a una dormida defensa rival hasta encontrar el tiro. En ese escenario dos jugadores florecieron de forma especial como rematadores, Julius Randle y Lou Williams.
El ala-pívot, quien también firmó un gran partido en defensa, dominó la pintura de los Warriors tanto finalizando como reboteando. Sus 20 puntos (10/18 en tiros de campo) y 14 rebotes (6 ofensivos) dejó en evidencia la complicación de Golden State para proteger la pintura tras la salida de Andrew Bogut.
Juventud al poder
Por su parte, el veterano Lou Williams recordó al jugador incisivo de sus mejores etapas en Philadelphia y Toronto. El escolta terminó con 20 puntos desde el banquillo en solo 26 minutos de juego, desbordando a unos superados Warriors que raramente encontraron la respuesta, sin la frescura de su partido ante Oklahoma City.
Otros jóvenes como D’Angelo Russell (17 puntos), Brandon Ingram y Larry Nance Jr. (12 cada uno) también aprovecharon sus minutos en televisión nacional y ante el rival más mediático de la NBA para lucirse.
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Fue precisamente Nance Jr. el que tuvo la jugada del partido y, quizás de la temporada. El hijo de Larry Nance, campeón del primer concurso de mates de la NBA en 1984, emulo a su padre con una jugada antológica, machacando por encima del veterano David West. Fue el punto de exclamación para un Staples Center que raramente había visto acciones así en los tiempos recientes de los Lakers.
Sin puntería
Andre at the buzzer 💪 #BeforeTheLight pic.twitter.com/cA04KvvwWw
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Los Warriors, por su parte, no solo pagaron una floja defensa, sino que sufrieron una noche excepcionalmente mala de sus tiradores. Kevin Durant (27 puntos) volvió a ser el jugador más fiable de Golden State, pero los «Splash Brothers» que tantas noches de gloria han dado a los Warriors estuvieron desconocidos. Stephen Curry puso fin a una racha de 196 partidos (157 de temporada regular) con al menos un triple anotado con un demoledor 0/10 desde fuera del arco, quitando brillo a un partido que le hizo rozar el triple-doble con 13 puntos, 11 asistencias y 8 rebotes.
Klay Thompson mantuvo su mala racha desde el comienzo de la temporada. Su 2/10 en triples apenas mejoró el 19,4% de acierto desde el arranque de la 2016-17. Sin una defensa fiable, con un banquillo mediocre salvo excepciones puntuales y con Curry y Thompson convertidos al menos por una noche en lanzadores de escaso éxito, no hubo argumentos para la victoria de Golden State. No ante unos Lakers que han encontrado una admirable confianza en ellos mismos bajo la dirección de Luke Walton.
Resolviendo dudas
Los Warriors salen de Los Ángeles con su segunda derrota de la temporada tras caer en el partido inagural ante San Antonio, también por un resultado contundente (100-129). Dolores de crecimiento para un equipo lleno de talento pero, hoy por hoy, destinado a depender de las explosiones individuales de sus estrellas, y que tendrá un calendario fácil en los próximos días (Pelicans, Mavericks, Nuggets y Suns a continuación) para seguir acoplando la plantilla.