La temporada de los Knicks apunta de forma cada vez más clara a otra nueva decepción. El equipo entrenado por Jeff Hornacek cayó entre abucheos ante los Lakers por un maquillado 107-121 en otro partido para el olvido que el equipo angelino dominó con contundencia. El regreso de Derrick Rose, tras cuatro partidos lesionado, no revitalizó a un conjunto que sigue perdiendo posiciones en el igualado Este.
New York se tiñó de púrpura
Recordaremos esta noche como la ocasión que el Madison Square Garden conoció a @B_Ingram13 (@AGMLA y @PintoLakers en @spectdeportes). pic.twitter.com/x8E3n7soq0
— Los Lakers (@LosLakers) February 7, 2017
Pese a ser ahora 12º de la conferencia, con un balance de 22-31, New York no está ni mucho menos descartado para playoffs ya que Detroit, octavo, cuenta solo con dos victorias más. Pero las sensaciones que dejan los Knicks son las de un equipo roto, falto de energía y motivación para terminar una temporada demasiado llena de distracciones. Los Lakers, un equipo lejos de la élite en este momento, lo aprovecharon para sacar una de sus victorias más cómodas de la temporada.
Tras revolucionar su quinteto inicial, dejando a Luol Deng y Timofey Mozgov en el banquillo (el pívot ruso no salió ni como reserva), Luke Walton vio pronto recompensada su confianza en jugadores más jóvenes y baratos. Brandon Ingram firmaba uno de sus partidos más consistentes del año con 14 puntos y 7 rebotes, dando las primeras ventajas a su equipo. Pero fue la segunda unidad la que rompería de forma abusadora el partido, con Lou Williams (22 puntos) de principal ejecutor.
Abucheos en el MSG
Química deportiva en su estado más puro. Brillante conexión entre @Larrydn22 y @B_Ingram13 (@AGMLA y @PintoLakers en @spectdeportes). pic.twitter.com/d24lVjNS5d
— Los Lakers (@LosLakers) February 7, 2017
Los Knicks se encontraban de repente con una diferencia que se iba por encima de los 20 puntos de desventaja. Carmelo Anthony (26 puntos) era el único jugador consistente en ataque, pero la defensa hacía aguas por todas partes, ante el estupor de un Madison Square Garden que reaccionaba con abucheos y al de un Jeff Hornacek incapaz de encontrar la tecla para remontar.
Solo en el último cuarto, con el partido ya más que sentenciado para los Lakers, New York pudo enlazar una racha favorable para dejar la derrota final en solo 14 puntos. Un pobre consuelo para el equipo presidido por Phil Jackson, leyenda en los Lakers, pero ejecutivo sin brillo en la Gran Manzana. En 2014, Jackson se hizo cargo de un equipo que venía de ganar 37 partidos. Tres años después, y sin entrar en playoffs, los Knicks van a ritmo de ganar 34.