Los Lakers no dan opción a Portland y ponen el 1-1 en la serie

Se esperaba una reacción de Los Angeles Lakers tras perder el primer partido de la eliminatoria, y así fue. Con una defensa asfixiante que dejó incluso a Damian Lillard por debajo de los 20 puntos (18), los angelinos fueron cimentando una victoria que tuvo en Anthony Davis a su estilete ofensivo. Tras un Game 1 en el que no rindió a gran nivel, el interior de los Lakers se fue hasta los 31 puntos y 11 rebotes para liderar a los suyos a un cómodo triunfo por 111-88.

Con el trabajo hecho, los californianos respiraron tranquilos al poner el 1-1. «Obviamente, este era un partido importante para nosotros. Tenemos un gran respeto por ellos. Vamos a tener que luchar como lo hicimos esta noche en todos los partidos de esta serie para pasar», comentaba Frank Vogel, entrenador jefe de los Lakers.

La gran noticia para los angelinos es que la victoria llegó sin necesitar una actuación estelar de LeBron James. A diferencia del fantástico triple-doble que logró en el Game 1, en esta ocasión El Rey se quedó en unos discretos guarismos de 10 puntos, 6 rebotes y 7 asistencias. Ante su discreto partido (disputó solo 27 minutos) el segundo máximo anotador de los Lakers fue Kentavious Caldwell-Pope con 16 puntos (4 de 6 en triples).

La noche de Lillard no solo fue mala por sus problemas de cara a canasta, sino porque incluso se dislocó el dedo índice de su mano izquierda en el tercer cuarto. Las radiografías dieron resultado negativo, pero ello no impide que el base se sienta dolorido. «Me duele. Está un poco sensible al tacto. Se me dislocó. Me siento dolorido y está un poco hinchado. Es incómodo», comenta sobre un percance que según su técnico, Terry Stotts, lo convierte automáticamente en duda para el tercer encuentro ante Lakers.

Perdidos en ataque

A diferencia del primer partido, el segundo tuvo poca historia. Portland no pasó de los 20 puntos en los tres primeros cuartos y los Lakers llevaron la ventaja hasta la treintena. Cuestionado por tal diferencia en el marcador, Lillard asegura que no se debió a que el equipo saliese sin intensidad a la cancha. «No nos relajamos. Ellos simplemente saltaron a la cancha y jugaron más duro. Fue su noche. Tampoco ayudó lo mal que estuvimos en ataque», explica.

(Fotografía de Kim Klement-Pool/Getty Images)

En desarrollo.


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