La temporada de los Mavericks no acabó ayer, pero de alguna manera se sintió como si lo hubiera hecho. Los texanos cayeron ante los Hornets por segundo encuentro consecutivo, esta vez por 110-104, en el que posiblemente sea el punto más bajo del curso, un punto que llega tan a finales de marzo que cabe preguntarse si hay tiempo para la recuperación. Con un balance de 36-39, Dallas está ahora mismo fuera incluso de los puestos de play-in, y aunque la distancia con los mismos es corta, las sensaciones que el equipo transmite no invitan precisamente al optimismo.
El primer cuarto fue posiblemente lo más parecido a un equipo roto que puede verse ahora mismo en la liga. Con un parcial de 30-16, el cuadro de Kidd se presentó en el Spectrum Center de la peor manera posible, dejando entrever que no iba a ser una jornada especialmente ilusionante con algunos de los peores 12 minutos del año. Y en este sentido fue especialmente paradigmático el rendimiento de Luka Doncic, que falló los seis tiros de campo realizados en dicho parcial y parecía más fuera del partido que nadie.
El esloveno, sin embargo, no tardó en dejar claro que no tenía intención de dejarse ir, y con el paso de los minutos fue creciendo en el choque hasta prácticamente resucitar a los suyos. Tras ver a Charlotte colocarse 19 arriba, Luka empezó a encontrarse a sí mismo gracias a su acierto desde el triple, y con 16 puntos en el segundo cuarto se encargó de mantener a los Mavs con vida al descanso para continuar con su exhibición en la segunda mitad. De hecho, pareció que iba a ser capaz de sacar el partido adelante él solo cuando, mediado el último cuarto, anotó el triple que culminó la remontada y puso a Dallas por delante por primera vez en toda la noche, pero ni por esas lograron los texanos terminar llevándose el triunfo.
Doncic acabó con 40 tantos, 12 rebotes y 8 asistencias, y 20 de los 32 tiros de campo anotados por los visitantes fueron encestados o asistidos por él. Pero ni así. Con Irving y Hardaway muy discretos (10/29 entre los dos en el lanzamiento) y Kleber como única compañía consistentemente fiable, Luka no fue sino el director de una orquesta que toca mientras el barco se hunde. Veremos si en los siete partidos que tienen por delante pueden al menos agarrarse a un bote salvavidas.
Gordon Hayward y P.J. Washington, con 22 y 21 puntos cada uno, fueron los principales verdugos de los texanos, especialmente Hayward por su capacidad para sumar canastas en momentos fundamentales del último cuarto. Por su parte, Mark Williams tuvo también un rol capital gracias a sus 15 tantos y 16 rebotes, y siguió transmitiendo una muy buena imagen en este último tramo de su año de rookie. A nivel de clasificación, de poco les sirve a los Hornets esta breve racha, pero en cuanto a sensaciones parece que van a poder acabar el curso con un buen sabor de boca.
(Fotografía de portada: Winslow Townson/Getty Images)