Los Washington Wizards huelen a mercado medieval desde que portavoces oficiales de la franquicia declarasen hace ya semanas que ningún jugador (ni siquiera John Wall o Bradley Beal) eran intocables. Todo el mundo podía ser traspasado si de esa manera la organización conseguía enderezar el flácido rumbo que había cogido como vicio durante el arranque de la competición. Pocas cosas han cambiado en el horizonte de los Wizards de ese momento a la actualidad y, de hecho, el tablero presenta fichas todavía más tristes: la mala racha ha reverdecido (15-23 como récord actual) y John Wall, que pasará por el quirófano, se perderá lo que resta de temporada.
Perspectiva en forma de sainete para lo que resta de curso 2018-19 y una oportunidad para franquicias que deseen examinar la desesperación de Washington por hacer saltar los tornillos importantes de su proyecto.
En ese contexto, se supo durante los últimos días que los Dallas Mavericks podrían estar interesados en Otto Porter Jr, alero de los Wizards. El periodista Michael Scotto (The Athletic) pudo confirmar la atracción de la franquicia propiedad de Mark Cuban por un traspaso que lleve al forward a Texas.
Y dicho interés puede no ser comprendido desde múltiples prismas dado que el contrato de Porter es cualquier cosa menos una ocasión en las rebajas. El jugador tiene pendiente percibir 26 y 27 millones (garantizados) por el presente curso y el siguiente para cerrar con una opción de jugador (28 millones) su contrato de cara al verano de 2020. No solo no es una ganga sino que Porter cobra por encima de sus prestaciones en la cancha.
Menguando su aportación
En la presente temporada Porter viene replicando el rendimiento poco acorde a la millonaria extensión que los Wizards le concedieron a partir de 2017. El jugador arrastra un promedio de 11,6 puntos (peor registro desde 2015), 5,5 rebotes, 2,0 asistencias, 1,4 robos, 48,8 por ciento en tiros de campo y 36,7 en triples.
Atendiendo a sus promedios se trata de su temporada más floja desde el año 2015, cuando se las prometía como un emergente adelantado de la doctrina del 3&D (defensor contrastado más especialista en triples).
Para los Wizards deshacerse de Porter (a un precio razonable) sería interesante de cara a adquirir mayor margen de maniobra en el futuro, dado que sus cuentas con los contratos de Wall, Beal y el propio Porter se disparan sobremanera; para el curso 2019-20 la entidad de la capital de Estados Unidos posee ya algo más de 115 millones de dólares comprometidos (92 entre su trébol de mejores pagados), por lo que su margen para mejorar la plantilla en verano es prácticamente nulo teniendo en cuenta que este curso el límite salarial estaba en 101,8 millones y el impuesto de lujo en 123,7.
Están con las manos atadas para los próximos dos años y con unas ganas locas de cambiar algo. Por ello, Beal (menos) y Porter son grandes candidatos a salir traspasados antes de que dé comienzo la temporada que viene.
Por parte de Dallas, el empeño en conseguir a Porter dependerá de si Harrison Barnes se acoge o no este verano a su player option (25 millones) para seguir en los Mavs la temporada que viene. Con todo el arsenal ofensivo que viene con su pareja joven Luka Doncic y Dennis Smith Jr., Dallas querría añadir algo de contrapunto defensivo a ese talento experimental. El problema reside en que ese potencial defensivo es cada vez menos notorio y también las cualidades ofensivas de Porter decrecen cada temporada.
Lo que parece claro es que Porter es un candidato clarísimo a ser la pieza que otorgue, a través de un traspaso, más flexibilidad a las cuentas de los Wizards. Con el perjuicio para la organización de saber que tendrán que ‘tragar’ algo poco potable en su movimiento de salida por tener un salario tan descompensado. Si quieren deshacerse de él, hasta tendrán que salir perdiendo deportivamente en el movimiento.
Lo que sea por una reconstrucción saludable en Washington.
(Fotografía de portada: Will Newton/Getty Images)