Los Mavs resucitan a costa de New Orleans

Pese a perder de nuevo a Dirk Nowitzki por sus molestias en el tendón de Aquiles, los Mavericks se reencontraron con la victoria tras derrotar a New Orleans por 91-81. La pareja formada por Harrison Barnes y Wesley Matthews pudo contrarrestar otra magistral actuación de Anthony Davis para romper una racha de 8 derrotas consecutivas que había dejado a Dallas destacados a su pesar en la última posición de la liga.

Sin su jugador más talentoso, el entrenador de Dallas recurrió a un juego mucho más lento y combativo que en partidos anteriores. Una fórmula que funcionó frente a unos Pelicans con mayor querencia por las posesiones rápidas desde la llegada de Alvin Gentry a su banquillo.

Recuperación necesaria

Al poder ofensivo de Harrison Barnes (23 puntos) y de un Wesley Matthews (21 puntos, con 6/8 en triples) que empieza a recordar más frecuentemente al jugador que brilló en Portland antes de su terrible desgarro de tendón de Aquiles se le unió un gran trabajo del banquillo tejano.

Justin Anderson (14 puntos y 8 rebotes) y Seth Curry (10) revitalizaron al equipo desde la segunda unidad, mientras que la brega de Dwight Powell (4 puntos, 3 rebotes y 5 tapones) acabó siendo contagiosa para unos Mavs en seria necesidad de recuperar el espíritu competitivo. Los Pelicans, pero, mantuvieron durante gran parte del partido el control gracias a un excelso Anthony Davis.

Davis no fue suficiente

36 puntos (con un 12/22 en tiros de campo), 13 rebotes, 3 asistencias, 2 robos y 1 tapón fue la línea estadística de un Davis que es mucho más que el mejor jugador de los Pelicans. Es su motor absoluto especialmente en ausencia de secundarios capaz de descargarle de trabajo. Más allá de un Jrue Holiday consistentemente brillante desde su recuperación (17 puntos y 6 asistencias como reserva), New Orleans volvió a carecer de jugadores determinantes más allá de su estrella.

Y Dallas acabó ganando en un perfecto ejemplo de juego colectivo en el final del duelo. Un parcial final de 19-8, cimentado tanto en el acierto anotador de Harrison Barnes y Wesley Matthews como en una buena defensa, sentenció para romper la peor racha de la franquicia en el siglo XXI. Los Mavs no habían perdido ocho partidos consecutivos desde la temporada 1997-98, un año antes del aterrizaje de Dirk Nowitzki a Dallas.

A por un desafío mayor

Tras deshacerse de los Pelicans, el equipo de Rick Carlisle tendrá un durísimo reto para intentar enlazar su segunda victoria consecutiva, recibiendo el martes a unos Spurs que han ganado sus 10 partidos a domicilio de esta temporada. Por su parte, New Orleans recibirá a continuación a los dos equipos de Los Angeles (primero Lakers y después Pelicans) en busca de recuperar una racha de triunfos necesaria para no descolgarse de forma irremediable de la pelea por los Playoffs.


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