Denver se han ganado un partido más de vida. El conjunto de Colorado esquivó el 4-0 derrotando a los Warriors por 126-121 en el cuarto duelo de la serie, evitando convertirse en el primer equipo eliminado de esta postemporada y haciendo que la eliminatoria vuelva al Chase Center. En él tendrá lugar el miércoles el quinto partido, en el que Golden State buscará cerrar el gentleman sweep ante unos Nuggets que parecen seguir creyendo en sus escasísimas opciones.
Así lo hicieron notar desde el arranque de este Game 4, en el que tanto por su agresividad en la pista como por su efusividad en las celebraciones dejaron claro que no estaban dispuestos a irse a casa sin plantar batalla. Nikola Jokic, con 18 puntos en el primer cuarto, marcó el tono para los suyos y comenzó a preparar su exhibición, dejando claro que se venía una gran noche para él. El serbio terminó con 37 tantos, 8 rebotes y 6 asistencias, brillando a nivel de eficiencia con un 66,7% en tiros de campo y apareciendo en el clutch con varias acciones decisivas.
Y es que, tras ir por delante casi todo el partido y llegar a contar con ventajas de hasta 17 puntos, los Nuggets vieron cómo Stephen Curry ponía a Golden State por delante a falta de poco más de un minuto para el final y amenazaba con rematar la eliminatoria. No obstante, Jokic respondió anotando la canasta del empate, y, después de que Monte Morris devolviera la ventaja a los locales, el serbio dio una excelente asistencia a Will Barton para que, solo en la esquina, sentenciara el partido con solo 8 segundos por jugarse. Además, Nikola protagonizó también una curiosa acción defensiva sin necesidad de estar sobre la pista, pues sus indicaciones desde el banquillo advirtieron a Austin Rivers de qué jugada planeaban los Warriors en el saque de banda y permitieron al base robar el balón cuando ganaban por tan solo 123-121.
Monte Morris fue el mejor escudero del pívot, pues, al margen de su vital canasta con 33 segundos por jugarse, su explosión tras el descanso fue clave a la hora de contener a los de Kerr en el tercer cuarto. El base acabó con 24 tantos, de los cuales 15 llegaron en dicho tercer periodo, en el que anotó los cinco triples que intentó. Por otro lado, Aaron Gordon terminó con 21 puntos, mientras que Bones Hyland alcanzó los 15.
Los visitantes, por su parte, estuvieron liderados por los Splash Brothers en su acepción más tradicional. Esta vez no hubo un tercer hermano en discordia, pues Jordan Poole estuvo lejos de brillar tanto como en los duelos anteriores y se quedó esta vez en 11 tantos tras su 3/10 en tiro. Curry y Klay Thompson, no obstante, sí fueron máquinas de anotar, y con 33 y 32 puntos respectivamente fueron poco a poco devolviendo a los suyos al partido hasta quedarse cerca de culminar la remontada y asegurar el pase a la siguiente ronda. Si bien no lograron hacerlo, ambos evidenciaron que están sobradamente preparados para afrontar los duelos que tienen por delante, que, si siguen a este nivel, serán muchos.
(Fotografía de portada: Matthew Stockman/Getty Images)