Los «otros» perjudicados por el lockout

Un jarro de agua fría caía sobre los aficionados en la madrugada de ayer. El match-ball que debían salvar propietarios y jugadores para empezar la temporada de 82 partidos en tiempo se esfumó cuando Derek Fisher y David Stern anunciaban, de nuevo, que no había acuerdo. En ese momento, imaginamos, el futuro inmediato de centenares de trabajadores de las franquicias se volvía más incierto si cabe. No estamos hablando de los profesionales de la canasta muchos de los cuales han firmado contratos inflados y sobrevalorados que sus, ahora beligerantes, patronos firmaron sin contemplaciones. Éstos, los jugadores de baloncesto de la NBA, tendrán acomodo en equipos FIBA, seguirán con sus contratos publicitarios u organizarán eventos benéficos que acabarán siendo en su beneficio.

National Basketball Asociation

La NBA como entidad está sufriendo esta particular crisis financiera. Quizás haya sido la primera en enviar señales de que estamos viviendo un cambio estrutural, y lo demostró cerrando oficinas en Europadespidiendo más de un centenar de trabajadores de sus oficinas centrales de Nueva York y New Jersey. Una reestructuración en toda regla que quieren extender al reparto del pastel con los jugadores, piedra en el camino de esta nueva NBA.

Los otros empleados y las economías locales

Los otros perjudicados del lockout son los empleados de las instalaciones deportivas de las franquicias, la tripulación de los trasatlánticos varados ahora en puerto inseguro. En el mes de julio las franquicias ya soltaban lastre. Quince despidos en los Pistons, siete en los Bobcats, y 20 despidos en los Lakers. Ninguno vestía de corto. Ninguno con contrato millonario.

En Memphis, Lionel Hollins se ha quedado por el momento sin asistentes. La franquicia no se ha dirigido a Johnny Davis, Dave Joerger, Henry Bibby y Barry Hecker, miembros del staff técnico de los Grizzlies que este verano terminaron sus contratos. La franquicia tiene intención de regularizar su situación cuando se selle el acuerdo, pero hasta el momento no tienen relación contractual con los Grizz.

Indirectamente, en el numeroso grupo de los perjudicados por el lockout, tenemos las economías locales, especialmente aquellos negocios que viven a la sombra de una franquicia NBA. En Cleveland, por ejemplo, hay estudios que cifran en 153 millones de dólares el impacto en la economía de la ciudad de los partidos de los Cavs como local. La aportación a las arcas públicas también se verá afectada, no sólo por los impuestos sobre beneficios que pagan los Cavs, sino también por otros tipos de ingresos de la hacienda local, como puede ser los tickets de parking.

En Indiana vieron como el año pasado los restaurantes duplicaban sus servicios durante los partidos oficiales como local de los Pacers durante la temporada regular. Tras la RS llegaron los playoffs. Y los negocios de los alrededores del Conseco Fieldhouse lo festejaron. Un estudio publicado el pasado año revelaba que los Pacers generaban 55 millones de dólares al año a Indianápolis y unos 900 puestos de trabajo. ¿Qué pasará en la ciudad sin baloncesto en los Pacers?

El poder de negociación de jugadores

Cada mes sin NBA a partir de hoy supone unos 700 u 800 millones menos de beneficios. Supone por tanto, que la tarta que se reparten jugadores y propietarios sea más pequeña, y seguramente mayor poder negociador para los dueños de las franquicias. Los jugadores no recibirán sus primeros pagos de la temporada, lo que achuchará todavía más la posición de éstos, y los aficionados están recogiendo ya las devoluciones de sus abonos de las dos primeras semanas de competición, con un 1% de intereses de devolución. Escasa compensación.

Los rookies

Sin contrato. Sin sueldo. Buscando un patrocinador. Así se encuentran los rookies que procuran ponerse a punto de cara a una temporada incierta. «No puedes tener mentalidad NBA si no tienes ingresos NBA, así que me siento todavía como un universitario…«, así resumía Malcom Lee, drafteado por los Bulls y traspasado a los Wolves la noche del draft, su situación acual, en la que todavía no ha conocido ninguno de los teóricos beneficios de ser profesional.

Las cadenas de TV

TNT, ABC y ESPN perderán 1.25 miles de millones de dólares si la temporada regular se suspende. Hablamos de las cadenas más grandes de mayor cobertura, y no contamos las pérdidas de las televisiones locales.

El lockout tiene cada vez más damnificados y más voces que claman contra las encontradas posturas de propietarios y jugadores. Cada día que pasa el malestar crece. Seguramente nos estemos jugando algo más que un cambio estructural y la firma de un convenio. Nos estamos jugando años de prestigio NBA.

Fuentes: Cleveland.com | L.A.times | NY Times | Houston SBNation


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