Los primeros meses de David Griffin como general manager de los Pelicans están dando mucho de sí. Tras lidiar con la inevitable salida de Anthony Davis y hacerse de forma totalmente inesperada con el número 1 del Draft, en el que escogieron a Zion Williamson, la franquicia de Luisiana continúa generando interés, pues desde que se confirmó la llegada de Lonzo Ball, Brandon Ingram y Josh Hart a Nueva Orleans varios equipos han tratado de hacerse con sus servicios.
Así lo ha confirmado el propio Griffin: «Literalmente, hemos recibido ofertas por todos los jugadores que llegaron desde los Lakers» aseguró.
No obstante, eso no fue todo, pues David quiso destacar el deseo de Hart por permanecer en la franquicia como uno de los motivos por los que no han tenido en consideración estas ofertas: «Josh me llamó antes del Draft y me dijo ‘sé que puedo aportar mucho. Hagáis lo que hagáis, no me traspaséis. Realmente quiero estar en Nueva Orleans'».
Aunque es complicado entrar a valorar la situación sin saber exactamente qué se llegó a ofrecer a los Pelicans a cambio de cualquiera de estos jugadores, la decisión de mantenerlos en plantilla parece bastante coherente. Aunque el proyecto que se ha construido para el curso 19/20 es bastante interesante, los objetivos reales de la franquicia deben estar enfocados en un plazo medio-largo más que en competir cuanto antes, y en ese sentido mantener a tres jóvenes con tanto potencial que puedan servir de futuros acompañantes de Zion se antoja como lo más adecuado.
Será el año que viene cuando Griffin deba empezar a tomar decisiones al respecto, ya que en 2020 el contrato de rookie de Ingram llegará a su fin y se convertirá en agente libre restringido, y en 2021 ocurrirá lo propio con Ball y Hart. Hasta entonces, Gentry tendrá la oportunidad de ir probando cómo funcionan para decidir cuánto deben apostar por ellos cuando llegue el momento.
(Fotografía de portada: Ethan Miller/Getty Images)