Cuando se confirmó que los Pelicans jugarían sin Anthony Davis, parecía que DeMarcus Cousins tendría vía libre en la pintura para hacer y deshacer en favor de los suyos. Pero por mucho que el pívot aportase, la victoria se quedó en New Orleans.
A la palestra saltó por sorpresa Ryan Anderson, quien decidió tomar galones y empatar su mejor marca personal con 36 puntos, lo que catapultó a los Pelicans al triunfo por 114-105.
«Ryan ha estado genial, pero creo que también el resto de chicos ha intensificado su juego», esbozaba Alvin Gentry, el técnico que está dándole a New Orleans la opción de llegar a los Playoffs. «Cuando ellos han apretado, hemos logrado mantener la compostura y pudimos conseguir las canastas necesarias para ampliar la ventaja«.
Esa buena defensa cuando necesitaban detener los impulsos visitantes se apoyó también en la aportación de Jrue Holiday y sus 25 puntos y 8 asistencias, así como en Norris Cole y sus 17 tantos y 10 asistencias.
«Hemos jugado duro, haciendo una defensa buena. Si seguimos así, creo que podremos estar donde queremos al final de la temporada», añadía Holiday.
Sin George Karl
Tres partidos consecutivos perdiendo bajan un poco las expectactivas de postemporada para los Kings, aunque si bien es cierto aún siguen contando con mejor balance que los mismos Pelicans.
Su merma estuvo en el banquillo, ya que no pudieron contar con George Karl por enfermedad, y las riendas fueron a parar a las manos de Chad Iske, su asistente.
Cousins alcanzaría los 26 puntos y 10 rebotes, mientras que Ben McLemore sumaría otros 26 tantos. Rajon Rondo tuvo en 17 tantos y 15 asistencias.