No Davis, no party, no playoffs. Pero este dato no debe sorprender a nadie.
Por ahora estamos logrando que ningún forero nos tilde de Davismaniacs, lo cual ya es toda una proeza. Algo de lo que, por desgracia, no pueden presumir en New Orleans. Los Pelicans son auténticos maníacos de su mejor hombre, es decir, incurren en el fenómeno popular de la estrella-dependencia.
En este caso, la Davisdependencia se manifiesta a través de un dato muy directo. El equipo está imparable embarcado en una tremenda racha de 9-1, colocándose momentáneamente 4º en el Oeste. Ello coincide con un rendimiento de La Ceja de supranivel MVP. Sus números en febrero fueron de 35 puntos, 13 rebotes, 2,2 tapones y 2,5 robos. En marzo, aunque bajan ligeramente, siguen siendo estelares.
±23
Por ello la igualdad es simple. Los Pelicans ganan porque Anthony Davis quiere.
En Hoopshype dan el dato a la vez feliz y preocupante. Durante su racha de diez triunfos consecutivos (perdieron su último partido ante los Wizards con la ausencia de AD23), los de Alvin Gentry han superado a sus rivales en 11,7 puntos por cada 100 posesiones con su big man en cancha. Por el contrario, se han visto con un -11,9 con Davis en el banquillo, según el portal NBAWowy.
Davis, por lo tanto, provoca diferencial de ±23 con su presencia o no en cancha. Ahora entendemos el porqué del dorsal.
En febrero, el pilar entorno al cual gira todo el tiovivo de los Pelicans, promedió 37,8 minutos; en marzo descansa algo más, pisando pista 32,3 minutos.
En estos momentos, Jazz y Pelicans se baten en duelo en un partido vital (ya todos lo son) por ganar una de las postreras plazas de unos playoffs de los más disputados que se recuerdan en años.
Pero este encuentro es especial y se nota. Al final del tercer cuarto, Gentry apenas se atreve a sentar a su crack. 29 minutos de los 36 posible; junto con Holiday, la pieza más insustituible de su disciplina.