Un nuevo comienzo en un nuevo lugar que le permita cometer errores, repetirlos, resolverlos y avanzar sin sentir el peso de los resultados sobre sus hombros. Eso es todo lo que James Wiseman puede pedir y que tratará de conseguir en Detroit.
El interior recaló en los Pistons durante el cierre de mercado a través de una operación a cuatro bandas que incluyó a Golden State Warriors, Portland Trail Blazers y Atlanta Hawks. Atrás dejó dos campañas y medias en San Francisco salpicadas de lesiones y la imposibilidad de cumplir las expectativas depositadas en él tras ser elegido en la segunda posición del draft de 2020.
Los problemas físicos y el formar parte de una franquicia aspirante al anillo no le permitió la regularidad, estabilidad ni paciencia necesarias para todo jugador joven que busca desarrollarse y exhibir su potencial. Ahora, el panorama será completamente distinto en unos Pistons en plena reconstrucción que, con 15 victorias, miran ya al draft de 2023.
«Aprovecharé todas las oportunidades que se me presenten aquí», afirmó Wiseman al medio The Athletic. «Es un nuevo comienzo para mi. Estoy super ilusionado. Al fin y al cabo, sigue siendo baloncesto. Sigo siendo humilde, trabajando, manteniéndome fiel a mi mismo y confiando en este proceso.»
Más entusiasmado aún que el jugador lo está el artífice de su llegada. El general manager de los Pistons, Troy Weaver, había seguido a la joven promesa desde sus últimos años de instituto en Memphis. De hecho, de haber seleccionado más alto en el draft de 2020 —dispusieron del pick 7—, Wiseman hubiera sido el elegido.
Cuando Weaver y su equipo supieron que los Warriors estaban dispuestos a desprenderse el pívot, no dudaron ni un segundo en levantar el teléfono y cerrar la operación. «Creemos que podemos desbloquearlo aquí», afirmó el gerente general de los Pistons. «Como ya he dicho, tratamos de crear un entorno al que los jugadores puedan ir y lograr ser la mejor versión de sí mismos. Queremos que James venga aquí y respire, deshaga sus maletas y vaya a trabajar.»
Alejado de los focos mediáticos de San Francisco y la sombra de su alto puesto en el draft, Wiseman podrá pasar página en una organización repleta de otros jugadores jóvenes como él, con muchas ganas de triunfar y a los que, a su vez, se les permitirá fallar durante su desarrollo. De hecho, alrededor del 80% de la plantilla de los Pistons no supera los 25 años de edad. Entre todos ellos, ya tiene algún tipo de relación previas con jugadores como Cade Cunningham, Isaiah Stewart o Jalen Duren.
«Somos chicos jóvenes. Todos tenemos hambre y queremos aprender», afirmó Wiseman. «Todavía estoy aprendiendo sobre mi juego y cómo encajar en la NBA. Todo el mundo se está ajustando. Se trata de desarrollarse y mejorar, como ser humano y como jugador de baloncesto. Solo tengo que seguir mejorando.»
En Michigan, Wiseman tendrá por delante más de una temporada —tiene contrato garantizado hasta la finalización del curso 2023-24— para jugar de forma regular, completar su adaptación a la liga y descubrirse a sí mismo como jugador, algo que los Warriors no podían prometerle ni permitirse.
(Fotografía de portada de Thearon W. Henderson/Getty Images)