Los Thunder llegaban al inicio de curso con muchas expectativas y no han decepcionado. El cuadro de Oklahoma City dio comienzo a la liga regular con un triunfo relativamente cómodo en el United Center, en el que se impusieron a los Bulls por 104-124. El cuadro de Daigneault confirmó las buenas sensaciones que se respiraban antes de este arranque, llevándose el partido comandado por un Shai Gilgeous-Alexander que no ha perdido fuelle durante la offseason.
El base canadiense brilló con 31 puntos, 10 asistencias y 5 rebotes, presumiendo asimismo de una enorme efectividad en el tiro. Con un 12/18, castigó cualquier intento de los locales de poner freno a sus internadas hacia el aro o a sus clásicos lanzamientos desde media distancia, firmando con su habitual tranquilidad y aparente sencillez una de esas actuaciones al alcance de muy pocos.
Shai fue uno de los protagonistas del parcial de 0-12 que empezó a encaminar la victoria en los últimos compases del tercer parcial, al que le seguiría un 2-13 en el arranque del cuarto que terminó de abrir una brecha que los Bulls nunca estuvieron cerca de cerrar. La distancia se movió desde entonces siempre entre los 15 y los 20 tantos, permitiendo a los Thunder saberse ganadores antes de que sonara la bocina final y dar minutos a los hombres menos importantes.
El buen sabor de boca de los visitantes contrastó con la pobre imagen de los Bulls, en los que ni siquiera los hombres más importantes tuvieron un papel destacado. DeMar DeRozan lideró al equipo con 20 puntos pero sin una versión demasiado notable, mientras que Zach LaVine no pasó de los 16 en una noche bastante desacertada. Con un 4/16 en el tiro, dio inicio al curso con su cara más pobre, y deberá mejorar si no quiere que el equipo se vea pronto rodeado de rumores de traspasos y reconstrucción.
El debut de Chet
El duelo permitió ver además a Chet Holmgren en acción en un partido oficial de la NBA casi un año y medio después de su selección en el draft. El pívot, que dispuso de 25 minutos, tuvo una noche discreta con sus más y sus menos en la que logró terminar con 11 puntos, 4 rebotes y 3 asistencias y dar muestra de sus habilidades.
El rookie demostró que pese a su altura está lejos de ser un pívot convencional, anotando un tiro de 5 metros a la media vuelta, una canasta tras penetración y dos triples. También tuvo, por otra parte, su momento de bienvenida a la NBA cuando cayó al suelo tras un crossover de Andre Drummond (una frase que no esperabais leer esta mañana) o tras recibir un mate del center de los Bulls, pero al menos pudo quitarse por fin de encima los nervios previos al debut.
«Te pasas todo el día pensando en el momento en que se lance el balón al aire y empiece todo» afirmó, reconociendo que había estado un poco nervioso durante el día. «Pero también estoy muy emocionado».
(Fotografía de portada: Michael Reaves/Getty Images)
