Los San Antonio Spurs sumaron anoche su quinto triunfo de la temporada tras derrotar cómodamente a los Phoenix Suns por 90-120. Los de Gregg Popovich se hicieron con el mando del partido en los compases finales del primer cuarto y jamás volvieron a soltarlo, es más, no hicieron otra cosa que ir ampliando su ventaja, que llegó a ser de hasta 32 puntos. Fue un encuentro sin historia, que demostró que el cuadro de Arizona aún tiene mucho trabajo por delante si quiere ser competitivo.
El conjunto texano estuvo liderado por sus dos grandes figuras, DeMar DeRozan y LaMarcus Aldridge, que anotaron 25 y 24 puntos respectivamente y tuvieron un día muy eficaz en el tiro: 10/12 para el ex de los Raptors y 10/13 para el ala-pívot. Ambos pudieron además darse el lujo de no disputar demasiados minutos, pues, dada la pronta resolución de choque, Popovich se dedicó a repartir minutos entre todos los jugadores de la plantilla. Hasta 12 hombres de los Spurs tuvieron presencia en pista, y todos ellos anotaron al menos una canasta.
Por parte de los Suns, lo más destacable fueron los 16 puntos que anotó Mikal Bridges, lo que convierte al de anoche en el mejor partido de su breve carrera en la Liga. El máximo anotador, no obstante, fue T.J. Warren con 21 tantos, mientras que DeAndre Ayton, número 1 de pasado Draft, se quedó en 13 puntos y 8 rebotes. Kokoskov también aprovechó que el partido estaba sentenciado desde muy pronto para repartir minutos, lo que permitió ver hasta 13 jugadores de la plantilla sobre el parqué a lo largo del encuentro.
Con esta derrota, los de Arizona se quedan con un balance de 1-6 que los convierte en el peor equipo del Oeste y uno de los tres peores de toda la NBA junto a los Washington Wizards y los Cleveland Cavaliers. Aunque con el regreso de Devin Booker deberían mejorar, parece que este volverá a ser un año de pocas alegrías en Phoenix. San Antonio, por otro lado, escala hasta la tercera plaza de la conferencia, lugar que comparte con los Portland Trail Blazers, ambos con 5 victorias y 2 derrotas.