Los Spurs arruinan el gran debut de Zion Williamson en la NBA

La jornada del miércoles en la NBA viene habitualmente cargada de partidos, pero rara vez hay uno entre ellos que genere tanta expectación como el que se vivió en Nueva Orleans. El duelo entre Pelicans y Spurs, que habría sido relativamente irrelevante en cualquier otro momento, se convirtió en el encuentro más esperado de la temporada cuando se anunció hace unas semanas que Zion Williamson haría su debut en el mismo, y el rookie, aun con las limitaciones propias de quien lleva tres meses lesionado, no decepcionó. La victoria cayó del lado de San Antonio por 117-121, pero los asistentes al New Orleans Arena pudieron irse contentos por ver lo que habían ido a ver: la primera demostración de poder del jugador más esperado de los últimos años.

No obstante, hubo que esperar para ver al ex de Duke brillar, pues pese a que la grada vibraba cada vez que recibía se le vio bastante comedido y sin ganas de forzar en el exceso. Siempre es difícil afrontar un hype como el que se había creado, y el novato optó por la cautela, algo que también hizo Alvin Gentry a la hora de repartir sus minutos, ya que cuando no habían transcurrido ni siquiera cuatro minutos optó por mandarlo al banquillo, dándole tiempo simplemente a fallar un tiro y repartir una asistencia.

Zion no contaría con muchos más minutos en el segundo cuarto, aunque en este logró por fin su primera canasta en la NBA tras capturar un rebote ofensivo, y el tercer periodo volvería a saldarse con una breve estancia del novato en pista. Parecía que todo acabaría en una discreta primera toma de contacto, lo cual resultaba comprensible dado que se vio a Williamson notablemente falto de ritmo y de sensaciones, aspectos que irá ganando a medida que acumule minutos de competición que le permitan ir a más. Sin embargo, el último cuarto iba a convertir este pequeño aperitivo en un plato bastante contundente.

Y por fin, la explosión: 17 puntos en 188 segundos

En todo este tiempo, San Antonio había ido forjando una renta relativamente estable. Tras colocarse con 15 puntos de ventaja en el segundo cuarto, los texanos habían logrado mantener una diferencia próxima a la decena, y entraban al último periodo con un cómodo 82-94 mientras que Zion lo hacía con unos discretos 5 puntos y 4 rebotes, dos aspectos que no tardarían en cambiar.

El rookie entró a este parcial algo más activo que en los anteriores, quizás sabedor de que no le quedaban demasiados minutos para dejar un buen sabor de boca. Se le vio más activo en la búsqueda de rebotes y conduciendo algunas transiciones, pero el estallido real llegó cuando restaban poco menos de nueve menos para el final, momento que daría lugar a tres minutos mágicos en los que Williamson anotó ni más ni menos que 17 puntos, firmando en solitario un parcial que puso a los suyos por delante por primera vez en toda la segunda mitad. Con esto, Zion se fue a los 22 tantos con los que terminaría, cambiando por completo las sensaciones de un debut que pasó de insípido a brillante en un abrir y cerrar de ojos.

Lo más sorprendente de esta explosión anotadora es que 12 de dichos puntos llegaron a base de tiros de tres, desde donde el de los Pelicans firmó un 4/4, convirtiéndose en el primer jugador en anotar tantos triples sin fallo en su debut oficial. Pese a no ser ni mucho menos su punto fuerte, aprovechó los espacios que le concedió la defensa de San Antonio para lanzar con comodidad, y a falta de la potencia física que debe ir recuperando fue capaz de encontrar puntería para ir sumando. Este arreón final le permitió también convertirse en el jugador que más ha anotado en su debut con la franquicia, superando los 21 tantos que firmó Anthony Davis allá por 2012.

Sin embargo, si algo puede dejar un sabor agridulce en su debut es el hecho de que Alvin Gentry le retirase de la pista en pleno momento de efervescencia. Pese a que David Griffin, general manager del equipo, había anunciado que volvería sin restricción de minutos, este nunca pareció ser el caso en vista de lo breves que eran sus presencias en pista, y esta salida justo después de reenganchar a los suyos al encuentro parece confirmar que sí había algún tipo de limitación.

De vuelta a playoffs

Con todo, la ventaja que Williamson otorgó a los Pelicans fue más que breve, pues Bellineli se encargó de colocar a los Spurs de nuevo al frente solo 22 segundos después y el marcador ya no volvería a cambiar de líder. DeMar DeRozan y LaMarcus Aldridge se encargaron de evitar cualquier posible reacción con varias acciones que volvieron a abrir una pequeña brecha, y ni siquiera un par de triples de Nueva Orleans en los compases finales hicieron posible la remontada. El ala-pívot fue claramente el mejor del encuentro, y dominó la pintura prácticamente de principio a fin del mismo para irse hasta los 32 puntos y 14 rebotes, mientras que el ex de los Raptors, algo más en la sombra, secundó su actuación con 20 tantos.

Este triunfo, unido a la derrota de los Grizzlies, devuelve a San Antonio a la octava plaza del Oeste, posición que parece que tendrán que pelear con varios equipos incipientes. Uno de ellos tal vez sean los propios Pelicans, que se habrían metido de lleno en la lucha de haber ganado pero que con esta derrota se quedan a la considerable (aunque recuperable) distancia de cuatro partidos.

Por el lado local, Brandon Ingram igualó a Zion con 22 puntos, aunque estuvo falto de acierto y no pudo anotar más que 6 de sus 22 lanzamientos a canasta. Quien estuvo más acertado fue Lonzo Ball, que coqueteó con el triple-doble tras sumar 14 tantos en solo 8 tiros (3/6 en triples), repartir 12 asistencias y capturar 8 rebotes.

(Fotografía de portada: Chris Graythen/Getty Images)


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