A los Thunder se les atragantó su estreno en playoffs, pero, una vez liberados los nervios, la versión dominante de temporada regular ha hecho acto de presencia. El cuadro de Mark Daigneault no dio oportunidad a los Pelicans siquiera de soñar con igualar la eliminatoria, y con un arrollador 124-92 consigue no solo viajar 2-0 a Nueva Orleans sino marcar territorio ante un rival que estuvo demasiado cerca de dar el susto en el Game 1. Recordar quién llega como líder de conferencia y quién como octavo.
Sin Zion Williamson, los visitantes volvieron a encontrarse con las dificultades ofensivas del primer choque, pero no fueron capaces de volver a contagiar dichas dificultades a los locales. Y así, anotaron los mismos puntos que hace tres noches pero encajaron 30 más. Porque los Thunder olieron sangre y no soltaron la yugular hasta extraerla toda.
Shai Gilgeous-Alexander volvió a ser la gran referencia local con 33 puntos y un 68,4% de acierto en el tiro, y por si fuera poco no pudo estar mejor rodeado. Todos los integrantes del quinteto inicial terminaron el duelo en dobles dígitos y con al menos un +24 en sus minutos en pista, reforzando esa sensación de bloque sólido que a ratos transmite este equipo. Chet Holmgren, con 26 tantos, secundó al base con su primer gran partido en playoffs, mientras que Jalen Williams terminó con 21 y ejerció a la perfección como tercera espada.
Ya desde el segundo cuarto Oklahoma empezó a abrir una brecha notable, y de ahí en adelante todo fue solidificar la ventaja. La segunda parte se vivió con completa tranquilidad en la grada del Paycom Center, que pudo limitarse a celebrar mientras los suyos seguían ampliando la diferencia y demostrando que coger rodaje en postemporada no les ha costado tanto como podía parecer.
Sin forma de olvidar a Zion
Mucho tendrán que cambiar las cosas en Nueva Orleans para que la tónica de la serie se vea alterada, un cambio que deberá empezar por el rol de Brandon Ingram y C.J. McCollum en el ataque de los de Green. Con 18 y 15 tantos respectivamente, ambos estuvieron mucho más discretos de lo que la situación requería, y no tanto por falta de acierto, que también, como de intentos. El escolta lanzó 14 veces a canasta y el alero no pasó de las 10, cifras discretas ante una ausencia como la de Zion que les impidió quedarse siquiera cerca de llenar su enorme hueco en la producción ofensiva del equipo.
De hecho, Jonas Valanciunas terminó como máximo anotador visitante con 19 puntos, pues su fortaleza física le permitió hacerse hueco en la pintura y finalizar cerca del aro en varias ocasiones, pero hasta ahí las buenas noticias. Ahora como locales, deberán tratar de encontrar algo más para tratar de hacer de esta una serie más competida, especialmente con la promesa de que Williamson podría volver en algún momento para ayudarles a buscar la machada. Porque si quieren que el ala-pívot regrese para echarles una mano, tiene que haber una serie a la que regresar.
(Fotografía de portada: Jamie Squire/Getty Images)