La NBA no da un trofeo al mejor equipo de temporada regular (otras ligas estadounidenses, como la NHL de hockey hielo o la MLS de fútbol, sí lo hacen). Si existiera, los Warriors serían ahora tricampeones. El equipo californiano se aseguró por tercer año consecutivo acabar con el mejor balance de la liga tras imponerse en Phoenix por 111-120, de nuevo con un Stephen Curry en su momento más dulce de la temporada.
El base, todavía vigente MVP, remató la voluntariosa resistencia de los Suns con 42 puntos (8/13 en triples) y 11 asistencias. Números más en la línea de sus dos últimas temporadas que de su más discreta primera mitad de 2016-17. En ausencia de Kevin Durant, cuyo regreso puede ser cuestión de días, Curry ha recuperado su dominio para sacar del breve bache de juego en el que Golden State entró hace unas semanas.
Tres temporadas para la historia
Summary of Steph’s first quarter in Phoenix:
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La situación es ahora muy diferente. Los Warriors acumulan ya 13 victorias consecutivas, podrán relajarse en lo que queda de temporada regular sabiendo que no les faltará nunca el factor cancha en playoffs y, de paso, ya completaron una cita con la historia. Son el primer equipo desde los Celtics de Larry Bird (entre 1983 y 1986) que lideran la liga en tres años consecutivos, y el primero de toda la historia que lo logra con al menos 65 victorias por campaña.
Curiosamente, los Warriors están manteniendo una trayectoria similar a aquel inolvidable equipo de Boston. En los primeros dos años de dominio de temporada regular, los Celtics ganaron el campeonato de 1983-84 y perdieron en las Finales en 1984-85, el mismo resultado que Golden State en 2015 y 2016. Los hombres de Steve Kerr esperan que ese paralelismo aguante hasta el tercer año, recordando que Boston recuperaría el título en 1985-86.
Resultado útil para ambos
Welp, 3 points is 3 points. pic.twitter.com/s6Pt5umMz9
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Para rematar matemáticamente este hito, Golden State se apoyó en un devastador parcial inicial de 18-41 para encarrilar su victoria en Phoenix. Los Suns, de la mano de los jóvenes Devin Brooks (21 puntos) y Tyler Ulis (20), buscaron con entusiasmo una remontada épica, pero entre Stephen Curry y Klay Thompson (22 puntos) lo hicieron imposible. Aun sin Draymond Green ni Andre Iguodala, ausentes por descanso, Golden State fue demasiado equipo.
De paso, la derrota de Phoenix, combinada con la sorprendente victoria de los Lakers en San Antonio, les permite a los Suns afianzarse con el segundo peor balance de la liga, y no descartar todavía ser superados por los enrachados Nets (6 victorias en los últimos 9 partidos). Tras dar descanso hasta final de temporada a jugadores del nivel de Eric Bledsoe, Tyson Chandler o Brandon Knight, el equipo de Earl Watson está a punto de asegurar un puesto de honor en uno de los draft más potentes de los últimos años.