Los Warriors caen sorpresivamente en Minnesota con un polémico final

Se complica el primer puesto del Oeste para Golden State

Los Warriors perdieron en Minnesota, y en la prórroga, uno de esos duelos de los que luego seguramente se puedan acordar si no terminan primeros del Oeste. La derrota de Golde State ante los Timberwolves (131-130) deja a los chicos de Steve Kerr empatados en la cima de la conferencia, con el mismo balance que Denver, ganador anoche del duelo en OKC. Ambas escuadran están en 51-24.

Polémico final

Bien pudieron los Warriors haberse evitado este disgusto. Ante un rival sin nada en juego, los de La Bahía llegaron a tener 16 puntos de ventaja al filo del descanso y su diferencia máxima nadó cercana a los 20 puntos. Pero a la vuelta de los vestuarios, tras haber recibido un parcial de 26-37 en el segundo cuarto, los T-Wolves reaccionaron y contestaron con un 32-18 de parcial que dejó todo por decidir a falta de 12 minutos (86-86). Y si los Warriors se pudieron haber evitado todo lo que vino después, los de Minneapolis en cierta manera también pudieron haber finiquitado la noche antes. Completaron la remontada en el último cuarto y a falta de menos de dos minutos ganaban 128-119. Pero Stephen Curry, 37 puntos y 11 triples, comandó un meteórico parcial de 2-11, tres dianas desde el perímetro de su mano y prórroga. Aunque eso se pudo evitar si Draymond Green, con 22 segundos por jugarse, hubiera acertado dos tiros libres en lugar de uno. Al menos ese le valió para el 115-115. Luego, Andre Wiggins marró un par de tiros postreros. Prórroga.

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Y aquí, la polémica de la noche. Primero, el milagro de Curry, quien casi sin tiempo se las apañó para embocar un triple lateral imposible y sellar el 130-130. Segundos antes, Kevin Durant ya había empatado el choque, o eso creía él. KD pensó que su triple a falta de cuatro segundos iba sucedido de una falta personal. Que era un 3+1. Cuando acudía al banquillo y celebraba con sus compañeros la canasta se dio cuenta de que el árbitro sí había señalado personal, pero antes del tiro. Curry lo terminó arreglando, gestos y miradas incluidas al cuadro arbitral tras la acción.

Pero quedaba medio segundo, una vida en baloncesto. Al estilo del fútbol, Minnesota colgó el balón tras el tiempo muerto a la zona para buscar un palmeo de Karl-Anthony Towns. Kevin Durant dificultó sus movimientos tocando el cuerpo de su rival. ¿Suficiente para pitar falta? Los árbitros así lo creyeron. Towns encestó el primero e inteligentemente tiró a fallar el segundo para que se consumiera el tiempo. Y ahí se acabó una velada torcida para los Warriors.

(Fotografía de portada:Gregory Shamus/Getty Images))


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