Poco pudieron hacer los New York Knicks contra los Golden State Warriors sin Carmelo Anthony. La franquicia neoyorquina dio la cara y perdió 92-106, pero en ningún momento estuvo en posición de poner la victoria de los Warriors en riesgo.
El equipo de Steve Kerr (quien estuvo a punto de entrenar a los Knicks antes de escoger a los Warriors) consiguió cerrar el primer cuarto con una ventaja de 13 puntos que se dedicaron a administrar durante el resto del encuentro, probablemente pensando en que todavía queda mucha temporada como para forzar la máquina en un partido así de asequible. Como es habitual, Curry fue el máximo anotador de su equipo con 22 puntos, escoltado por el buen partido de Draymond Green con 20 puntos y 13 rebotes en lo que fue una noche poco efectiva de Klay Thompson, que acabó con 5 de 22 tiros de campo anotados en su visita al Madison.
Los Knicks fueron un equipo equilibrado en ataque, probablemente por la ausencia de una referencia ofensiva clara en el parqué. Destacan los 15 puntos de Galloway y los 13 de Amar’e Stoudemire desde el banquillo. Pese a la comodidad del partido, Kerr no dio excesivo descanso a sus principales jugadores. Curry disputó 31 minutos y Klay Thompson se fue hasta los 38 minutos en este encuentro.
«Sentimos que podíamos haber jugado mejor, estábamos un poco fatigados y es algo que se pudo ver, pero no debería ser excusa para lo mal que ejecutamos en ambos lados de la cancha. No fue nuestro mejor partido pero encontramos la manera de ganar», resumió Stephen Curry.