Esta es la última temporada de los Warriors en el Oracle Arena, lugar que ha sido su casa desde la temporada 1966, a excepción de un año. A partir del próximo curso, los de Steve Kerr cambiarán Oakland por Mission Bay, una de las zonas más populares (y acaudaladas) de San Francisco, donde el Chase Center ejercerá como nuevo lugar de congregación para los aficionados a la franquicia.
Dejar el Oracle tiene un enorme vínculo emocional para los jugadores y cuerpo técnico, tal y como ellos mismos han reconocido; pero también parece que ese nexo va a extenderse más allá de lo personal e incluso tocar lo económico. Y es que, según informa ESPN, los Warriors van a tener que pagar 40 millones de dólares por las reformas efectuadas en el Oracle hace más de veinte años.
El estadio se renovó en 1996, que fue justo el año en el que los Warriors estuvieron fuera y jugaron en el San Jose Arena. Para acometer tal reforma, la agencia gubernamental que gestiona y administra el Oracle obtuvo un bono de 150 millones de dólares, mientras que la organización se comprometió a ayudar con una serie de pagos anuales, hasta cubrir el total del coste de la obra.
Sin embargo, los Warriors argumentan que su obligación de pago con la deuda termina una vez finalice el contrato de arrendamiento que tienen con el estadio. Y este tiene su fecha final el próximo junio de 2019.
“Por supuesto, estamos analizando todas nuestras opciones. Como siempre hemos dicho, cumpliremos con las obligaciones de deuda que tenemos”, dijo Raymond Ridder, portavoz de los Warriors.
Rebecca Westerfield, quien ha actuado como árbitro en esta controversia, dictaminó que la franquicia debería pagar las reformas efectuadas en 1996, terminando de acometer el coste total en el año 2027.