El partido entre Toronto Raptors y Golden State Warriors enfrentaba a los que eran los dos mejores equipos de la liga. Unas finales anticipadas, ya que ambos lideraban sus respectivas conferencias. Stephen Curry no defraudó, anotó 32 puntos y permitió a su equipo obtener una cómoda victoria por 126-105. Además, Draymond Green consiguió el primer triple-doble de su carrera con 16 puntos, 11 rebotes y 13 asistencias.
Además de Curry, los Warriors contaron con Speights (26 puntos) y Klay Thomson (20) frente a unos Raptors que echaron de menos a Demar DeRozan más que nunca. De los titulares, solamente Kyle Lowry dio la cara con 22 puntos, y pese a que Greivis Vasquez y Lou Williams aportaron 25 y 20 desde el banco, la franquicia canadiense no pudo adaptarse el alto ritmo de los Warriors en ningún momento.
«Son una máquina muy bien engrasada, su quinteto pequeño es uno de los mejores de la liga», reconoció el entrenador de los Raptors Dwane Casey. «Su small ball nos afectó mucho, creo que simplemente van arriba y abajo demasiado rápido, en un ritmo que no nos interesa», añadió Lowry.
Este ritmo de los Warriors resulta casi imposible de igualar por ningún equipo de la liga. Toronto acabó el primer cuarto con unos más que decentes 31 puntos mientras Golden State anotaba 40 en este primer periodo. Posteriormente, los Raptors consiguieron reducir la ventaja de Golden State para irse al descanso 5 puntos abajo, pero la defensa y un gran tercer periodo de Curry dinamitaron por completo el partido después de la reanudación.
Al final, esta derrota provoca que los Raptors ya no lideren la Conferencia Este en beneficio de unos Hawks que aprovecharon la oportunidad para conseguir algo que pocos esperaban a principio de temporada.